La modernización de la carrera diplomática en España ha sido un tema recurrente en los últimos años, pero los esfuerzos por actualizar el reglamento que rige esta profesión han encontrado numerosos obstáculos. A pesar de las promesas de cambio por parte de los ministros de Asuntos Exteriores, la realidad es que el reglamento de 1955 sigue vigente, lo que ha llevado a la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE) a alzar la voz en busca de una solución.
### Un Reglamento Obsoleto y sus Consecuencias
Desde hace décadas, los diplomáticos españoles han estado abogando por una reforma que modernice el reglamento que regula su carrera. Este reglamento, que data de la época franquista, ha sido objeto de críticas por su contenido anacrónico y por la falta de adecuación a las necesidades actuales de la diplomacia. A pesar de que algunos artículos han sido eliminados a lo largo de los años, muchos elementos del pasado dictatorial aún permanecen, como los ‘tribunales de honor’ y referencias al ‘Movimiento Nacional’.
La situación se ha vuelto insostenible, y la ADE ha manifestado su preocupación en una carta dirigida al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En esta misiva, los diplomáticos expresan su frustración ante la indiferencia del actual ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quien había prometido avanzar en la reforma. La ADE señala que es incomprensible que un gobierno progresista mantenga en vigor una norma que simboliza un pasado autoritario.
La falta de un reglamento actualizado no solo afecta a la imagen de la diplomacia española, sino que también tiene repercusiones en la vida cotidiana de los diplomáticos. La necesidad de conciliar la vida laboral con la familiar se ha vuelto un tema crítico, especialmente para aquellos que son trasladados frecuentemente a diferentes países. La ADE ha solicitado que se priorice la aprobación de un nuevo reglamento que contemple estas realidades, permitiendo así una mejor gestión de la carrera diplomática.
### La Resistencia al Cambio y el Futuro de la Diplomacia Española
A pesar de los intentos de reforma, el camino hacia un nuevo reglamento ha estado plagado de obstáculos. El exministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, también intentó llevar a cabo una reforma sin éxito, y la situación actual no parece ser diferente. El Ministerio de Asuntos Exteriores ha argumentado que está a la espera de conocer cómo la nueva ley de Función Pública, que entró en vigor en diciembre de 2023, afectará a la carrera diplomática. Sin embargo, esta justificación ha sido recibida con escepticismo por parte de los diplomáticos, quienes consideran que la falta de acción es inaceptable.
La ADE ha hecho un llamado urgente para que se reemplace el reglamento actual, argumentando que el nuevo proyecto, que se completó a principios de 2023, no solo sería constitucional, sino que también se alinearía con una organización moderna y eficiente. La resistencia al cambio no solo proviene de la burocracia, sino también de la falta de voluntad política para abordar un tema que, aunque crucial, puede resultar incómodo para algunos sectores.
La carta de la ADE ha puesto de manifiesto la necesidad de un diálogo abierto y constructivo entre los diplomáticos y el Gobierno. La modernización de la carrera diplomática no es solo una cuestión de actualización normativa, sino también de reconocimiento del papel fundamental que desempeñan los diplomáticos en la defensa de los intereses de España en el extranjero. La falta de un marco adecuado puede llevar a una desmotivación entre los profesionales del sector, lo que a su vez podría afectar la eficacia de la diplomacia española en el ámbito internacional.
La situación actual plantea un desafío significativo para el Gobierno español, que debe encontrar un equilibrio entre la modernización de la carrera diplomática y la gestión de las expectativas de los diplomáticos. La presión ejercida por la ADE podría ser un catalizador para que se tomen decisiones más rápidas y efectivas, permitiendo así que la diplomacia española se adapte a los tiempos modernos y cumpla con su misión de manera más efectiva.
En resumen, la lucha por un nuevo reglamento que regule la carrera diplomática en España es un reflejo de la necesidad de adaptación y modernización en un mundo en constante cambio. La voz de los diplomáticos, unida en la ADE, es un recordatorio de que el pasado no debe dictar el futuro de la diplomacia española. La espera por un cambio significativo continúa, y la presión sobre el Gobierno para actuar se intensifica.
