La situación de los menores migrantes no acompañados en España ha generado un intenso debate político y social, especialmente en las comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular (PP). La reciente judicialización del decreto que regula el reparto de estos menores ha puesto de manifiesto las tensiones entre las distintas administraciones y ha suscitado preocupaciones sobre los derechos de los niños involucrados.
**La Judicialización del Decreto de Reparto**
El real decreto ley que modifica el artículo 35 de la Ley de Extranjería y permite la distribución solidaria de menores migrantes ha sido objeto de impugnaciones en varias comunidades autónomas. Madrid fue la primera en llevar el decreto al Tribunal Constitucional, pero Aragón ha llevado la situación un paso más allá al impugnar la convocatoria de la Conferencia Sectorial Extraordinaria de Infancia, que es clave para activar las medidas del decreto. El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, ha criticado esta acción, afirmando que se está utilizando la ley en contra de los derechos de los menores. La aceptación a trámite de los recursos por parte del Constitucional ha generado un clima de incertidumbre sobre el futuro de los menores migrantes en España.
La Audiencia Nacional también ha admitido el recurso de Aragón, lo que indica que las comunidades gobernadas por el PP están dispuestas a utilizar todas las herramientas judiciales a su disposición para oponerse al decreto. Esta situación ha llevado a Clavijo a expresar su preocupación por el impacto que la judicialización puede tener en el proceso de acogida y protección de los menores migrantes, quienes ya se encuentran en una situación vulnerable.
**Reacciones Políticas y Críticas**
La controversia ha provocado reacciones de diferentes sectores políticos. La secretaria de Organización del PSOE en Canarias, Nira Fierro, ha criticado al vicepresidente del Gobierno canario, Manuel Domínguez, por su doble discurso en relación con el reparto de menores. Fierro ha señalado que mientras Domínguez invita a su partido a cumplir la ley, su comunidad autónoma recurre al Constitucional para evitar el cumplimiento del decreto. Esta contradicción ha sido vista como un intento de manipulación política en un tema tan sensible como el de los derechos de los menores.
Por otro lado, la comunidad de Cantabria ha propuesto la expatriación de 18 menores migrantes, lo que ha sido calificado por Clavijo como un acto de desconocimiento de las leyes españolas. El presidente canario ha enfatizado que los menores deben ser escuchados y que su voluntad debe prevalecer en cualquier decisión que les afecte. Esta postura resalta la importancia de considerar los derechos y deseos de los menores en el contexto de la migración, un aspecto que a menudo se pasa por alto en el debate político.
La ministra de Infancia, Sira Rego, ha reiterado la necesidad de que todas las comunidades autónomas colaboren en el proceso de acogida y protección de los menores migrantes. En un requerimiento formal, ha solicitado datos sobre los menores no acompañados a las comunidades, advirtiendo que el incumplimiento podría llevar al Estado a tomar acciones legales. Esta solicitud ha sido recibida con resistencia por parte de algunas comunidades, que argumentan que no desean participar en lo que consideran una ilegalidad.
**La Urgencia de una Solución Integral**
La situación de los menores migrantes no acompañados en España requiere una respuesta integral y coordinada. Clavijo ha subrayado la urgencia de que el Estado cumpla con las decisiones del Tribunal Supremo y que integre a los menores en su sistema de protección. Actualmente, hay 1.080 menores extranjeros no acompañados que han solicitado asilo político y que aún no han sido incorporados al sistema de protección nacional. La falta de acción en este sentido no solo afecta a los menores, sino que también representa un desafío para las comunidades autónomas que se ven obligadas a gestionar su bienestar sin el apoyo adecuado del Estado.
El presidente canario ha expresado su frustración ante la falta de recursos y atención por parte del Gobierno central, lo que ha llevado a una situación insostenible para los menores. La integración en el sistema de protección no solo les otorgaría derechos fundamentales, sino que también facilitaría su acceso a oportunidades de educación y empleo en el futuro. La falta de cumplimiento de estas obligaciones por parte del Estado es vista como una violación de los derechos de los menores, lo que plantea serias preguntas sobre la responsabilidad del Gobierno en la protección de los más vulnerables.
La situación actual refleja un conflicto más amplio sobre la gestión de la migración y la protección de los derechos humanos en España. A medida que las comunidades autónomas continúan enfrentándose entre sí y con el Gobierno central, los menores migrantes no acompañados siguen siendo los más afectados por esta crisis política. La necesidad de un enfoque más humano y solidario en el tratamiento de los menores migrantes es más urgente que nunca, y es fundamental que se prioricen sus derechos y bienestar en el debate político.