Luis Arráez, director del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA), ha estado al frente de esta institución durante casi dos años, defendiendo con pasión la calidad de los productos canarios y la gastronomía de las Islas. En una reciente entrevista, Arráez destacó la importancia del sector agroalimentario en Canarias, un ámbito que, a pesar de ser percibido como poco relevante desde fuera, tiene un impacto significativo en la economía local y en la identidad cultural de la región.
### La Importancia de la Calidad en los Productos Canarios
Arráez enfatiza que, aunque la producción no siempre alcanza las expectativas, la calidad de los productos canarios es indiscutible. Muchos de estos productos cuentan con reconocimiento internacional, lo que ha despertado un creciente interés tanto entre los consumidores locales como entre los profesionales del sector. Un ejemplo reciente es el aguacate canario, que ha obtenido el prestigioso sello de calidad europeo de Indicación Geográfica Protegida (IGP). Este reconocimiento no solo garantiza la calidad del aguacate, sino que también promueve un estándar más alto entre los productores, incentivándolos a cumplir con requisitos exigentes.
El director del ICCA explica que este sello es crucial para combatir el fraude en el sector, ya que las sanciones por utilizar nombres protegidos pueden oscilar entre 150,000 y tres millones de euros. Además, el sello facilita la promoción y comercialización de los productos en mercados externos, lo que es vital para la economía canaria.
### Retos y Oportunidades en la Exportación
Uno de los desafíos que enfrenta el sector agroalimentario en Canarias es la competencia desleal, donde productos que no son de la región se venden como tales. Arráez menciona que han detectado y sancionado casos de venta de tomate que no es canario, así como la entrada ilegal de aguacates, que están prohibidos. La demanda alta y la producción limitada hacen que el control sea complicado, pero el ICCA trabaja arduamente para evitar el fraude y proteger la calidad de los productos locales.
La falta de personal en las administraciones es otro obstáculo que limita la capacidad de control. Sin embargo, Arráez destaca que el personal actual está muy comprometido con su labor, y que han delegado algunos controles en empresas certificadoras acreditadas a nivel nacional, lo que permite una supervisión más efectiva.
En cuanto a la proyección internacional de los productos canarios, Arráez considera que el plátano sigue siendo el rey, pero otros productos como la papaya y el aguacate, especialmente con el nuevo sello de calidad, tienen un gran potencial. El vino canario también ha ganado reconocimiento internacional, con bodegas que están comenzando a mirar hacia mercados en Japón y otros países de Oriente.
A pesar de la calidad de los productos, Arráez señala que la producción no siempre es suficiente. La lejanía de Canarias del continente europeo y la fragmentación del territorio dificultan la producción a gran escala. Sin embargo, el director del ICCA sigue apostando por la producción ecológica como una vía para mejorar la soberanía alimentaria de las Islas.
### Impacto de la Guerra Arancelaria y la Conciencia Local
La guerra arancelaria también representa un riesgo para el sector, especialmente para productos que se exportan a Estados Unidos. Arráez menciona que el vino es el más afectado, y que se están buscando alternativas en mercados como Japón para diversificar las exportaciones.
En cuanto a la percepción de la población canaria sobre la calidad de sus productos, Arráez observa un cambio positivo en los últimos años. La pandemia ha llevado a muchos a valorar más el sector primario y a reconocer la calidad de los productos locales. Sin embargo, también advierte que el precio sigue siendo un factor determinante en las decisiones de compra, lo que puede llevar a los consumidores a olvidar el verdadero valor de los productos canarios.
El ICCA continúa trabajando para promover el consumo local y la calidad de los productos canarios, con la esperanza de que tanto productores como consumidores reconozcan la importancia de apoyar la agricultura local. La calidad, según Arráez, no solo se mide en términos económicos, sino también en el valor cultural y social que estos productos aportan a la comunidad canaria.