La humanidad se encuentra en un momento crítico, enfrentando múltiples «puntos de inflexión» que podrían transformar nuestro planeta en un entorno hostil. Un reciente informe elaborado por un consorcio internacional de más de 160 científicos de 23 países y 87 instituciones destaca la urgencia de actuar ante el calentamiento global, que ya se aproxima a los 1,5 °C. Este documento, conocido como el «Global Tipping Points Report 2025», no solo advierte sobre los riesgos inminentes, sino que también ofrece una hoja de ruta para evitar la catástrofe climática mediante la activación de cambios sociales y tecnológicos que promuevan la sostenibilidad.
**Riesgos Climáticos y Puntos de Inflexión Negativos**
El informe describe cómo el calentamiento global está llevando a la humanidad hacia una «zona de peligro». Este término se refiere a un estado en el que pequeños cambios pueden desencadenar transformaciones masivas y, a menudo, irreversibles en el sistema terrestre. Con un aumento de temperatura actual de 1,4 °C, ya estamos viendo consecuencias devastadoras, como la mortandad de los arrecifes de coral, que afecta a cientos de millones de personas que dependen de ellos para su sustento. Además, las capas de hielo polar se están acercando a puntos de no retorno, lo que podría resultar en un aumento irreversible del nivel del mar.
El informe identifica varios puntos de inflexión negativos que se aceleran con cada décima de grado de calentamiento. Por ejemplo, la selva amazónica enfrenta un riesgo inminente de «muerte regresiva» debido a la combinación del cambio climático y la deforestación, incluso con un calentamiento de menos de 2 °C. Esto tendría un impacto devastador en la biodiversidad y en las comunidades que dependen de la selva. Asimismo, el colapso de la Circulación Oceánica del Atlántico (AMOC) podría alterar drásticamente la seguridad alimentaria y hídrica a nivel global, sumergiendo a Europa en inviernos severos.
Los glaciares y las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida Occidental también están en peligro, con la posibilidad de que ya hayan cruzado sus puntos de inflexión, lo que afectaría a millones de personas en zonas costeras. La interconexión de estos riesgos crea un efecto dominó, donde el colapso de un sistema aumenta la probabilidad de que otros también fallen. Por lo tanto, prevenir estos puntos de inflexión se convierte en un imperativo legal y un derecho humano fundamental a un clima seguro.
**Activación de Puntos de Inflexión Positivos**
A pesar de este sombrío panorama, el informe presenta una vía de acción a través de la activación de «puntos de inflexión positivos». Estos son cambios autoamplificados en tecnología, economía y comportamiento social que pueden acelerar la transición hacia un mundo sin emisiones. La buena noticia es que ya estamos observando señales de estos cambios. En los últimos dos años, la adopción de la energía solar fotovoltaica y los vehículos eléctricos ha experimentado un crecimiento radical. Por ejemplo, el precio de los paneles solares ha disminuido un 25% por cada duplicación de su capacidad instalada, mientras que las baterías mejoran en calidad y disminuyen de precio a medida que se despliegan masivamente.
Estos avances tecnológicos se refuerzan mutuamente: la energía renovable asequible incentiva la electrificación del transporte, y las baterías de los vehículos eléctricos pueden ayudar a estabilizar la red eléctrica. Sin embargo, para que estos cambios sean efectivos, el informe sugiere varias recomendaciones urgentes. Entre ellas se incluye la necesidad de acelerar la descarbonización, reduciendo las emisiones globales a la mitad para 2030 y alcanzando el cero neto en 2050. También se enfatiza la importancia de implementar mandatos políticos claros para abandonar los combustibles fósiles, así como habilitar la financiación para tecnologías limpias, especialmente en el Sur Global.
Además, se propone transformar el sistema alimentario para eliminar las emisiones vinculadas a la agricultura y la deforestación, lo que liberaría tierras para la regeneración de la naturaleza. Actuar a nivel local es igualmente crucial, reduciendo factores de estrés no climáticos que afectan a los ecosistemas, como la deforestación en la Amazonía o la sobrepesca en los arrecifes. Por último, el informe subraya la necesidad de promover la justicia social, asegurando que la transición hacia un futuro sostenible beneficie a todos y combatiendo la pobreza y la desigualdad.
El informe también destaca que no solo se trata de tecnología. La proliferación de litigios climáticos, las iniciativas de regeneración de la naturaleza y los cambios en los patrones de consumo son catalizadores sociales que pueden inclinar la balanza hacia un futuro más sostenible. La clave para ganar esta carrera entre los puntos de inflexión negativos del planeta y los positivos de la sociedad es actuar con anticipación. Las contribuciones actuales de los países a los planes de acción climática son insuficientes y nos encaminan hacia un calentamiento que probablemente superará los 2 °C. Por lo tanto, se hace un llamado urgente a los líderes mundiales, especialmente en la próxima COP30, para que adopten sin dilación las recomendaciones propuestas en el informe.
