El fenómeno migratorio hacia Canarias ha suscitado numerosas teorías y especulaciones, entre las cuales destaca la creencia en la existencia de un «barco nodriza» que facilita la llegada de cayucos a las costas canarias. Esta idea, popularizada en conversaciones informales y redes sociales, carece de fundamento sólido y se basa en una serie de malentendidos sobre el derecho marítimo y la realidad del tráfico marítimo en la región.
### La Realidad del Tráfico Marítimo en Canarias
Las aguas que rodean Canarias son un espacio complejo donde se entrelazan diversas normativas del derecho marítimo internacional. Más allá de las 12 millas jurisdiccionales, se extiende la Zona Económica Exclusiva (ZEE), que otorga a España derechos sobre recursos pesqueros y medioambientales, pero no soberanía. Dentro de esta ZEE, España tiene la obligación de responder a emergencias marítimas, lo que incluye rescatar a cualquier embarcación en peligro, ya sea un cayuco o un barco de pesca.
La ZEE española en esta área abarca aproximadamente medio millón de millas náuticas cuadradas, lo que equivale a casi un millón de kilómetros cuadrados. Este vasto espacio marítimo representa un desafío operativo significativo para las autoridades españolas, quienes deben gestionar no solo el tráfico legal, sino también las emergencias relacionadas con la inmigración irregular.
La idea del barco nodriza, que supuestamente remolcaría cayucos hacia Canarias, se alimenta de la ignorancia sobre la dinámica del tráfico marítimo. Las imágenes que circulan en redes sociales, a menudo malinterpretadas, muestran buques de Frontex en el Mediterráneo, pero no tienen relación con la realidad del tráfico hacia Canarias. Además, la manipulación de imágenes de barcos pesqueros en la costa de Mauritania ha contribuido a la difusión de esta teoría infundada.
### Desmontando Mitos sobre el Barco Nodriza
La teoría del barco nodriza se basa en una serie de suposiciones que no se sostienen ante la evidencia. En primer lugar, la administración marítima en muchos países africanos es deficiente, lo que ha llevado a la proliferación de buques abandonados. Sin embargo, esto no implica que existan barcos nodrizas operando de manera organizada para facilitar la inmigración. La realidad es que la mayoría de los migrantes que llegan a Canarias lo hacen en cayucos, embarcaciones pequeñas y precarias, que son utilizadas por individuos que buscan una salida a su situación desesperada.
El tráfico marítimo en la región es intenso, y cualquier actividad inusual, como el remolque de cayucos por un barco nodriza, habría sido detectada por los vuelos de reconocimiento españoles. Un caso notable es el del Marine I, un pesquero que fue descubierto con 400 personas a bordo, lo que demuestra que, si bien hay situaciones de tráfico humano, no se trata de una operación sistemática y organizada por barcos nodrizas.
Además, la logística de operar un barco nodriza es compleja. Para que un barco de este tipo pudiera operar sin ser detectado, tendría que navegar sin el Sistema de Identificación Automática (AIS), lo que es extremadamente arriesgado. La mayoría de los migrantes que se embarcan en cayucos lo hacen en condiciones precarias, y la idea de que un barco nodriza podría estar involucrado en este proceso es poco probable.
El fenómeno del polizonaje también ha sido malinterpretado. Recientemente, un remolcador holandés que llegó a Lanzarote con 49 polizones a bordo no puede ser considerado un barco nodriza, sino un caso de polizonaje, donde las circunstancias humanitarias complican la situación. Este tipo de incidentes pone de relieve la complejidad del tráfico marítimo y la necesidad de una respuesta coordinada por parte de las autoridades.
La navegación desde las costas mauritanas hasta Canarias es posible para un cayuco, pero implica riesgos significativos. Las condiciones climáticas y la falta de recursos pueden convertir esta travesía en una experiencia mortal. Sin embargo, muchos migrantes están dispuestos a asumir estos riesgos, impulsados por la desesperación y la búsqueda de una vida mejor.
La política marítima de España en relación con su ZEE es un tema que requiere atención. La falta de un cuerpo de guardacostas bien definido y con atribuciones claras ha llevado a una gestión ineficaz de las aguas circundantes a Canarias. La coordinación entre diferentes entidades que operan en la región es deficiente, lo que puede resultar en una respuesta inadecuada ante situaciones de emergencia.
En resumen, la creencia en la existencia de un barco nodriza que facilite la llegada de cayucos a Canarias es un mito que se basa en malentendidos y desinformación. La realidad del tráfico marítimo en la región es compleja y requiere una comprensión más profunda de las dinámicas involucradas. La gestión de la inmigración irregular y la seguridad marítima son desafíos que deben ser abordados con seriedad y eficacia, para garantizar la seguridad de todos los que navegan en estas aguas.