La reciente iniciativa del Gobierno de Canarias para agilizar la concesión de licencias de construcción ha generado un debate intenso entre los ayuntamientos, especialmente aquellos gobernados por el PSOE. A pesar de que la Federación Canaria de Municipios (Fecam) ha expresado su apoyo a la medida, varios consistorios han decidido no implementarla, lo que plantea interrogantes sobre la efectividad de la normativa y su impacto en el desarrollo urbano.
### La Resistencia de los Ayuntamientos
Los ayuntamientos de Las Palmas de Gran Canaria y Candelaria han sido claros en su postura: no recurrirán a entidades externas para la emisión de informes técnicos necesarios para la concesión de licencias de construcción. Esta decisión se enmarca dentro del decreto de licencias urbanísticas promovido por las consejerías de Vivienda y de Política Territorial del Gobierno canario, que busca aliviar el supuesto atasco administrativo que enfrentan las oficinas municipales de urbanismo.
El consejero de Vivienda, Pablo Rodríguez, ha defendido la iniciativa como una herramienta que proporciona seguridad jurídica a los ayuntamientos. Sin embargo, la realidad es que estos consistorios han optado por mantener el control total sobre la emisión de informes técnicos, lo que pone en tela de juicio la eficacia del decreto. En Candelaria, por ejemplo, se llevará a pleno la decisión de rechazar la posibilidad de que los informes sean emitidos por entidades externas, argumentando que la responsabilidad debe recaer en los órganos municipales.
Esta resistencia se fundamenta en la preocupación de que permitir a los interesados presentar informes técnicos podría comprometer la integridad del proceso administrativo. Los informes emitidos por los constructores podrían generar suspicacias y desconfianza hacia la administración pública, lo que podría llevar a una falta de transparencia en la concesión de licencias.
### La Postura de Las Palmas de Gran Canaria
El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha adoptado una postura similar, rechazando la posibilidad de que los promotores aporten informes para acelerar la concesión de permisos. En su lugar, se ha establecido un plazo de tres meses para la concesión de licencias, priorizando los informes técnicos elaborados por los propios técnicos municipales. Esta decisión busca no solo agilizar el proceso, sino también asegurar que la calidad y la legalidad de las construcciones se mantengan bajo el control de la administración local.
El retraso en la concesión de licencias ha sido un problema persistente en la región, con tiempos de espera que pueden alcanzar hasta dos años. Sin embargo, la estrategia del consistorio grancanario se centra en la confianza en sus propios técnicos, quienes conocen mejor las particularidades del territorio y las normativas locales. Esta confianza en la capacidad interna podría ser un factor clave para mejorar la eficiencia en la tramitación de licencias.
A pesar de las buenas intenciones del Gobierno canario, la resistencia de los ayuntamientos pone de manifiesto la complejidad del proceso de urbanización en Canarias. La falta de consenso entre las diferentes administraciones puede llevar a un estancamiento en el desarrollo de proyectos de construcción, lo que a su vez podría agravar la crisis de vivienda que enfrenta la región.
### Implicaciones para el Futuro de la Vivienda en Canarias
La situación actual plantea serias dudas sobre la capacidad del Gobierno canario para abordar la crisis de vivienda. La falta de colaboración entre las administraciones locales y regionales podría resultar en un aumento de la tensión social, especialmente en un contexto donde la demanda de vivienda asequible sigue en aumento. La resistencia de los ayuntamientos a adoptar el decreto de agilización de licencias urbanísticas podría ser un síntoma de una falta de confianza en la gestión del Gobierno regional.
Además, la decisión de los consistorios de priorizar sus propios informes técnicos sobre los aportados por entidades externas podría tener un impacto significativo en la calidad de las construcciones. Si bien es fundamental mantener un control riguroso sobre el proceso de concesión de licencias, también es necesario encontrar un equilibrio que permita a los proyectos avanzar sin comprometer la seguridad y la legalidad.
En este contexto, es crucial que el Gobierno de Canarias busque un diálogo constructivo con los ayuntamientos para encontrar soluciones que beneficien a todas las partes involucradas. La colaboración entre las diferentes administraciones es esencial para abordar la crisis de vivienda y garantizar que se puedan llevar a cabo proyectos de construcción de manera eficiente y transparente. La falta de consenso no solo afecta a los desarrolladores y constructores, sino que también repercute en la calidad de vida de los ciudadanos que buscan un hogar en la región.