La situación de los jóvenes migrantes en Canarias ha suscitado un creciente interés y preocupación en los últimos años. Con el aumento de la llegada de menores no acompañados al archipiélago, la necesidad de programas de apoyo y acompañamiento se ha vuelto más urgente que nunca. Sin embargo, los datos revelan que solo un pequeño porcentaje de estos jóvenes logra acceder a los recursos disponibles, lo que plantea serias interrogantes sobre la efectividad de las políticas implementadas y la capacidad del sistema para atender a esta población vulnerable.
**Acceso a Programas de Apoyo**
Desde la implementación de los planes de acompañamiento en 2018, un total de 1.838 jóvenes han recibido asistencia en Canarias. Sin embargo, en 2024, solo 581 menores extutelados lograron acceder a estos programas, de los cuales solo 229 eran migrantes no acompañados. Esto significa que aproximadamente uno de cada 22 jóvenes migrantes bajo tutela ha podido beneficiarse de los recursos disponibles. Este dato es alarmante, especialmente considerando que se espera que en 2025 otros 1.837 menores migrantes cumplan 18 años y salgan del sistema de protección.
El perfil de los beneficiarios de estos programas es predominantemente masculino, con un 73% de varones y un 27% de mujeres. De los jóvenes que acceden a estos recursos, el 46% está inscrito en planes de formación, mientras que el 32% ha conseguido empleo. Sin embargo, muchos jóvenes no están interesados en integrarse en estos programas, ya que esperan cumplir 18 años para abandonar las islas en busca de mejores oportunidades en la península o en otros países europeos. Esta situación resalta la necesidad de un enfoque más integral que no solo se centre en la integración, sino que también considere las aspiraciones y deseos de los jóvenes migrantes.
**La Falta de Recursos y la Necesidad de un Sistema Nacional**
Las organizaciones sociales han expresado su preocupación por la falta de recursos y la incapacidad del Gobierno de Canarias para asumir la tutela de los 5.600 menores migrantes no acompañados que actualmente se encuentran en el archipiélago. Según fuentes del sector, no existe un plan estructural que permita gestionar adecuadamente la situación de estos jóvenes, lo que ha llevado a un colapso en el sistema de protección. La falta de un sistema nacional de reparto y respuesta ha sido señalada como una de las principales razones de esta crisis.
Una parte significativa de los jóvenes que cumplen 18 años ha solicitado asilo, pero esto no garantiza su inclusión en el Sistema de Protección Internacional. Actualmente, 1.227 de los 5.600 menores tutelados en Canarias tienen estatus de refugiado. A pesar de que el Tribunal Supremo ha ordenado que el Estado se haga cargo de estos casos, la realidad es que el sistema está colapsado y no hay suficientes plazas disponibles para garantizar un acompañamiento adecuado hacia la independencia.
Además, los extutelados migrantes enfrentan dificultades adicionales relacionadas con la regularización de su situación legal. La falta de documentación impide que muchos de ellos obtengan un permiso de trabajo, lo que limita sus oportunidades de empleo y su capacidad para integrarse en la sociedad. Esta situación ha sido denunciada por el presidente canario, Fernando Clavijo, quien ha señalado la necesidad urgente de abordar este problema.
A pesar de las limitaciones, algunas ONG y empresas están desarrollando talleres e iniciativas de integración para ayudar a estos jóvenes. Sin embargo, estas acciones son consideradas «muy inorgánicas» y dispersas, lo que dificulta su efectividad. Desde el tercer sector se reclama un reparto más equitativo de los menores para garantizar una atención adecuada y un acompañamiento efectivo cuando alcanzan la mayoría de edad.
En un contexto más amplio, el Ministerio de Migraciones ha informado que entre junio de 2021 y diciembre de 2024, el porcentaje de menores migrantes y extutelados de entre 16 y 23 años con autorización de residencia y afiliados a la Seguridad Social ha aumentado del 27% al 60%. Este incremento del 32% en tres años coincide con la reforma del reglamento de extranjería que, en 2021, reconoció el derecho a trabajar a los menores migrantes a partir de los 16 años y a los extutelados entre 18 y 23. Sin embargo, la realidad de muchos jóvenes como Abdoulie Bah, quien fue abatido recientemente, pone de manifiesto las complejidades y desafíos que enfrentan los migrantes en su camino hacia la integración y la autonomía.