En una reciente aparición en el programa ‘De viernes’, Carlo Costanzia, un aristócrata italiano, se convirtió en el centro de atención al abordar las memorias de la modelo Mar Flores. La controversia surgió tras la publicación de estas memorias, donde se mencionan aspectos de su relación, lo que llevó a Costanzia a desmentir las afirmaciones y anunciar acciones legales en su contra. En su intervención, Costanzia no solo defendió su honor, sino que también compartió detalles sobre su vida personal y su relación con Flores.
Costanzia comenzó su intervención explicando su situación personal, revelando que había sufrido un grave accidente que le dejó secuelas visibles en su rostro. Esta experiencia, según él, le ha proporcionado una «coraza» emocional que le permite enfrentar situaciones difíciles, como la controversia actual. «Tuve un accidente muy grave que me reconstruyó la cara, llevo placas por todos lados y eso me dejó una expresión seria», comentó. Esta declaración no solo humaniza al aristócrata, sino que también establece un contexto para su reacción ante las memorias de Flores.
En cuanto a las afirmaciones de Mar Flores, Costanzia fue contundente. Aseguró que las memorias contenían «falsedades» y que iba a buscar justicia. «Lo que respecta a mí es falso. Ni más ni menos. Y como son falsedades, voy a pedir amparo a la justicia. Haré lo que tenga que hacer», declaró. Este tipo de afirmaciones no son inusuales en el mundo del espectáculo, donde las disputas personales a menudo se convierten en espectáculos públicos. Sin embargo, la seriedad con la que Costanzia aborda el tema sugiere que está dispuesto a llevar este asunto a los tribunales.
Uno de los puntos más controvertidos de las memorias de Flores es la insinuación de que Costanzia le fue infiel. Para contrarrestar esta acusación, el aristócrata presentó una prueba que, según él, desmiente las afirmaciones de la modelo. Mostró una factura de 1994 que contenía el número de teléfono de la casa de sus padres en Italia, sugiriendo que Flores lo contactaba desde allí en momentos clave. «Aquí sale el número de teléfono de casa de mis padres en Italia. Con lo cual ella me llamaba desde esta casa en Navidad, Nochevieja y todos los días diciendo que estaba en Becerril de la Sierra con sus padres», explicó. Esta revelación añade una capa de complejidad a la narrativa, ya que Costanzia intenta demostrar que las afirmaciones de Flores son infundadas.
Además, Costanzia no se limitó a defenderse a sí mismo; también cuestionó el papel de Flores como madre. Habló de su experiencia como padre y de los desafíos que ha enfrentado en su relación con ella. «Yo he vivido un infierno por casi 10 años como padre, incluso cuando tenía la guardia y custodia. También le he acompañado en sus problemas de adicciones, he estado presente en reuniones terapéuticas, pero nunca me consta que su madre asistiera», comentó. Estas declaraciones no solo reflejan su perspectiva sobre la crianza de sus hijos, sino que también sugieren que hay una historia más profunda detrás de la disputa pública.
Costanzia también reveló cómo se enteró de la existencia de las memorias antes de su publicación. Aparentemente, fue su hija quien le advirtió sobre el libro, lo que añade un elemento personal a la situación. «Sabía que se iba a hacer ese libro gracias a tu hija», le dijo a Terelu Campos, quien lo entrevistaba. Esta conexión familiar resalta la tensión emocional que rodea la situación, ya que Costanzia se siente obligado a proteger su reputación y la de su familia.
Finalmente, el aristócrata concluyó su intervención afirmando que las memorias de Flores estaban llenas de «barbaridades» y «mentiras». «Para mí es un punto y final», sentenció. Esta declaración no solo marca su posición en la disputa, sino que también sugiere que está decidido a cerrar este capítulo de su vida de manera definitiva. La situación entre Costanzia y Flores es un recordatorio de cómo las relaciones personales pueden convertirse en un espectáculo público, especialmente cuando hay intereses en juego.
La controversia entre Carlo Costanzia y Mar Flores es un ejemplo de cómo las memorias pueden ser un arma de doble filo. Mientras que pueden ofrecer una visión personal de la vida de alguien, también pueden abrir la puerta a disputas legales y conflictos públicos. En este caso, Costanzia ha decidido no quedarse de brazos cruzados y ha optado por defender su honor en un escenario que podría tener repercusiones significativas para ambas partes. La atención mediática que rodea este caso sugiere que no será la última vez que escuchemos sobre esta historia.