La situación política en Canarias se ha vuelto tensa tras la reciente petición del gobierno de Baleares, encabezado por el Partido Popular (PP), para paralizar el reparto de menores migrantes desde las islas. Esta decisión ha sido calificada por el PSOE de Canarias como una «puñalada» a los intereses de la comunidad canaria. La secretaria de Organización del PSOE en las islas, Nira Fierro, ha sido la voz más crítica, acusando al presidente canario, Fernando Clavijo, de complicidad con su socio de gobierno.
**La Reacción del PSOE ante la Decisión de Baleares**
El PSOE de Canarias ha manifestado su enérgico rechazo a la decisión del gobierno balear de recurrir al Tribunal Supremo para detener la acogida de menores migrantes. Nira Fierro ha destacado que esta acción no solo es un ataque directo a Canarias, sino que también refleja una falta de solidaridad entre comunidades autónomas. Según Fierro, el gobierno de España ha sido el principal impulsor de los acuerdos que permiten el traslado de menores a la Península, lo que ha sido crucial para aliviar la saturación en los centros de acogida de las islas.
Fierro ha subrayado que el silencio del presidente Clavijo ante esta situación es inaceptable. «¿Qué más necesita Clavijo para entender que quien ayuda a Canarias es el Gobierno de España y quien la traiciona es su socio de gobierno?», se preguntó la dirigente socialista. Esta crítica pone de manifiesto la creciente frustración dentro del PSOE respecto a la gestión de Clavijo y su relación con el PP.
La secretaria de Organización del PSOE también ha señalado que las comunidades gobernadas por el PP son las que están poniendo obstáculos a las soluciones solidarias. «Quien está ayudando a Canarias y haciendo que los menores salgan de las islas es el Gobierno de España, no el PP», afirmó. Esta declaración resalta la polarización política en torno a la gestión de la crisis migratoria y la responsabilidad de las distintas administraciones.
**El Contexto de la Crisis Migratoria en Canarias**
La crisis migratoria en Canarias ha sido un tema candente en los últimos años, con un aumento significativo en la llegada de menores no acompañados. Los centros de acogida en las islas han estado bajo una presión inmensa, lo que ha llevado al Gobierno de España a implementar medidas para facilitar el traslado de estos menores a la Península. Sin embargo, la reciente decisión del gobierno balear ha complicado aún más la situación.
El gobierno de Baleares ha argumentado que se siente desbordado por la llegada de migrantes y ha solicitado la suspensión del reparto de menores desde Canarias. Esta petición ha sido recibida con indignación por parte del PSOE, que considera que es un intento de eludir la responsabilidad compartida en la gestión de la crisis migratoria. La postura del PP en Baleares ha sido vista como un reflejo de una falta de compromiso con la solidaridad interterritorial, un principio que debería prevalecer en situaciones de crisis humanitaria.
Además, la situación se complica aún más por la actividad de las mafias de la migración, que han comenzado a activar nuevas rutas ante los controles en Mauritania. Esto ha llevado a un aumento en el número de llegadas a las costas canarias, lo que agrava la saturación en los centros de acogida y la necesidad de una respuesta coordinada entre las diferentes administraciones.
El PSOE ha instado al presidente Clavijo a tomar una posición más activa en defensa de los intereses de Canarias y a exigir al gobierno balear que reconsidere su postura. La falta de acción por parte de Clavijo ha sido interpretada como una falta de liderazgo en un momento crítico para la comunidad canaria.
La crisis migratoria no solo plantea desafíos logísticos y humanitarios, sino que también ha generado un intenso debate político en Canarias. Las tensiones entre el PSOE y el PP han aumentado, y la situación actual podría tener repercusiones significativas en las futuras elecciones y en la gobernanza de las islas. La respuesta del PSOE a la petición del PP de Baleares es un claro indicativo de que la política en Canarias está lejos de ser un asunto apolítico y que las decisiones tomadas en un territorio pueden tener un impacto profundo en otro.
Mientras tanto, la ciudadanía canaria observa con preocupación cómo se desarrolla esta situación. La necesidad de una respuesta solidaria y efectiva ante la crisis migratoria es más urgente que nunca, y las decisiones políticas que se tomen en los próximos días serán cruciales para el bienestar de los menores y la comunidad en general.