La relación entre el Gobierno de Canarias y el de Baleares, que había mostrado signos de colaboración en el pasado, se ha visto afectada por la reciente negativa del archipiélago balear a acoger a 49 menores migrantes. Este hecho ha desatado una serie de críticas y acusaciones entre ambos gobiernos, poniendo de manifiesto las tensiones que existen en torno a la gestión de la migración en España.
La presidenta del Govern balear, Marga Prohens, ha decidido recurrir a instancias judiciales para evitar la llegada de estos menores a su territorio, argumentando que su red de acogida no puede garantizar condiciones dignas para su atención. Esta decisión ha sido calificada de «irresponsable» e «insolidaria» por parte del Ejecutivo canario, que ha estado lidiando con la llegada de miles de menores migrantes en los últimos meses. En Canarias, la situación es crítica, con más de 5.600 niños y niñas en un sistema de acogida que se encuentra al borde del colapso.
El viceconsejero del Gabinete del presidente canario, Octavio Caraballo, ha criticado la postura del Govern balear, señalando que su argumento de que Baleares no es un punto de entrada principal para los flujos migratorios es «falso». Según Caraballo, el archipiélago balear no puede eludir su responsabilidad en la acogida de menores migrantes, especialmente cuando Canarias ha estado asumiendo la carga de este fenómeno durante tanto tiempo.
### Reacciones Políticas y Críticas
La decisión del Govern balear ha suscitado reacciones no solo en el Gobierno de Canarias, sino también en el ámbito político más amplio. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha criticado la postura del Partido Popular en Baleares, sugiriendo que su decisión refleja un enfoque partidista que ignora la realidad humanitaria de la situación. Los socialistas han señalado que el Gobierno balear debería ser más solidario y considerar el interés superior de los menores migrantes, en lugar de dejarse llevar por discursos insolidarios.
Desde el Partido Popular en Canarias, su vicesecretario de Organización y Comunicación, Jacob Qadri, ha defendido la necesidad de un reparto más equitativo de los menores migrantes entre las comunidades autónomas. Qadri ha denunciado que la gestión del Gobierno central, liderado por Pedro Sánchez, ha sido deficiente y ha llevado a una distribución desigual de los recursos y responsabilidades entre las regiones. Según él, es urgente que el Estado asuma la atención de todos los menores migrantes que llegan a Canarias, ya que la situación actual es insostenible.
El conflicto entre ambos gobiernos pone de relieve la falta de una estrategia clara y coordinada para abordar la crisis migratoria en España. A pesar de las reuniones previas entre los presidentes de Canarias y Baleares, donde se había acordado trabajar juntos para encontrar soluciones, la reciente negativa de Baleares a acoger a más menores ha fracturado esta colaboración.
### La Ley de Extranjería y sus Implicaciones
La situación se complica aún más con la reciente modificación de la ley de extranjería, que establece la corresponsabilidad entre las comunidades autónomas en la atención a menores migrantes. Esta ley permite que los territorios que se encuentren en una situación de «contingencia migratoria extraordinaria» soliciten ayuda a otras comunidades para garantizar la atención adecuada a los menores. Sin embargo, la decisión de Baleares de recurrir a los tribunales para evitar la acogida de menores contradice el espíritu de esta legislación.
La presidenta Prohens ha argumentado que su región no puede garantizar una acogida digna debido a la saturación de su red de atención. Sin embargo, esta postura ha sido criticada por aquellos que consideran que la responsabilidad de atender a los menores migrantes debe ser compartida entre todas las comunidades autónomas, especialmente aquellas que, como Baleares, tienen los recursos necesarios para hacerlo.
La crisis migratoria en España no es un fenómeno nuevo, pero la falta de una respuesta coordinada y solidaria entre las comunidades autónomas ha exacerbado la situación. La negativa de Baleares a asumir su parte de responsabilidad en la acogida de menores migrantes no solo afecta a los niños y niñas que buscan protección, sino que también pone en riesgo la cohesión y la colaboración entre las diferentes regiones del país.
La situación actual plantea interrogantes sobre cómo se gestionará la migración en el futuro y qué medidas se implementarán para garantizar que todos los menores migrantes reciban la atención y el apoyo que necesitan. La presión sobre las comunidades autónomas que asumen la carga de la migración seguirá siendo un tema candente en la política española, y es probable que las tensiones entre Canarias y Baleares continúen en el futuro cercano.