En el Hogar Virgen Poderosa de La Laguna, un grupo de siete mujeres se reúne para compartir sus experiencias sobre la maternidad, un tema que despierta emociones profundas y recuerdos imborrables. Estas mujeres, que suman más de seis siglos de vida, han vivido momentos de alegría y dolor, pero todas coinciden en que ser madre ha sido la experiencia más gratificante de sus vidas. La conversación, guiada por María José, la animadora sociocultural del centro, se desarrolla en un ambiente cálido y soleado, donde las risas y las lágrimas se entrelazan en un relato conmovedor.
### Historias de Vida y Resiliencia
Cada una de estas mujeres tiene una historia única que contar. Mercedes Rodríguez Alberto, la mayor del grupo con 96 años, es una de las más participativas. Su sonrisa ilumina la conversación mientras comparte anécdotas sobre su vida y su familia. Carmen, con 94 años, y Ana, Olga y Cándida, que rondan los 88, también aportan sus relatos, cada uno marcado por la huella de la historia de España, especialmente durante la Guerra Civil y la posguerra.
Ana Delgado Afonso, conocida como ‘Armonía’, y María Luisa García Gómez, ambas toscaleras, comparten el dolor de haber perdido a un hijo. Ana recuerda con tristeza la desaparición de José, un proceso desgarrador que dejó una marca indeleble en su corazón. Marisa, por su parte, menciona a sus hijos Francisco Daniel y Francisco José, quienes ya no están, y la emoción la embarga al recordar momentos felices junto a ellos.
Cándida Santos Domínguez, la madre más prolífica del grupo, ha dado a luz a cuatro hijos, mientras que otras, como Mercedes y Carmen, han tenido dos. Las historias de sus infancias están llenas de desafíos, desde aprender a coser y cocinar a una edad temprana hasta enfrentar la dura realidad de la guerra. Olga, por ejemplo, recuerda cómo se escondía en los barrancos para evitar ser capturada, una experiencia que marcó su juventud.
### La Maternidad como Pilar Fundamental
La maternidad, para estas mujeres, no solo es un rol, sino un pilar fundamental en sus vidas. A través de sus relatos, se percibe que ser madre implica sacrificios, pero también una profunda satisfacción. Ana de los Reyes, quien perdió a su marido a una edad temprana, destaca la importancia de criar a sus hijos con valores, deseando que sean buenas personas. Su historia es un testimonio de fortaleza y amor incondicional.
La conversación también se adentra en el tema de la emigración, un fenómeno que afectó a muchas familias canarias. Mercedes, por ejemplo, se casó con un tinerfeño que emigró a Venezuela en busca de mejores oportunidades. Carmen vivió en la octava isla durante 28 años, donde su marido trabajaba en el transporte. Estas experiencias de vida enriquecen aún más el relato de la maternidad, mostrando cómo las circunstancias externas pueden influir en la vida familiar.
El Hogar Virgen Poderosa no solo es un lugar de residencia, sino un espacio donde estas mujeres encuentran compañía y apoyo. María José, la animadora, juega un papel crucial en la creación de un ambiente positivo, donde las risas y la camaradería son parte del día a día. Las actividades que organiza, desde juegos hasta paseos, ayudan a mantener la mente activa y el espíritu elevado.
La comida también es un tema recurrente en sus conversaciones. Ana menciona con alegría que la comida es excelente y que, a veces, se siente tan bien alimentada que bromea diciendo que parece estar embarazada. Este sentido del humor es una constante entre ellas, lo que demuestra que, a pesar de las adversidades, han encontrado formas de disfrutar de la vida.
La celebración del Día de la Madre se convierte en un momento de reflexión y conexión emocional. Marisa, con lágrimas en los ojos, expresa que aunque sus hijos ya no están, el hogar y las compañeras que ha encontrado en el centro son su nueva familia. Este sentimiento de pertenencia es fundamental para su bienestar emocional.
Las historias de estas mujeres son un recordatorio de la fortaleza y la resiliencia que caracteriza a las madres. A través de sus vivencias, se puede apreciar cómo la maternidad ha sido un hilo conductor en sus vidas, uniendo generaciones y creando lazos que perduran a pesar del tiempo y las circunstancias. En el Hogar Virgen Poderosa, la maternidad se celebra no solo como un rol, sino como una experiencia compartida que trasciende el dolor y la pérdida, y que se convierte en un testimonio de amor y esperanza.