La playa Bastián, ubicada en Costa Teguise, Lanzarote, se convirtió en el escenario de una inusual protesta el pasado 19 de agosto de 2025. Un grupo de activistas de la asociación Hazte Oír colocó alrededor de medio centenar de sombrillas negras en la arena, cada una de ellas con la imagen del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y la palabra «corrupto» estampada. Esta acción se realizó mientras Sánchez disfrutaba de sus vacaciones en la residencia La Mareta, a solo unos kilómetros de distancia.
La protesta, que rápidamente se volvió viral en las redes sociales, fue parte de una campaña nacional de Hazte Oír titulada «Por tierra, mar y aire». Esta iniciativa busca visibilizar lo que la organización considera un encubrimiento de casos de corrupción en el entorno del presidente. La elección de Lanzarote como lugar de la protesta no fue casual; los seguidores de Hazte Oír habían solicitado que el mensaje se llevara a toda España, y la instalación en un lugar tan cercano a la residencia vacacional de Sánchez fue vista como un «clamor social».
El viento que soplaba en la playa ese día tuvo un papel inesperado en la protesta. Varias sombrillas se levantaron y terminaron en el mar, lo que llevó a la intervención de la Policía Local de Teguise. Los agentes llegaron al lugar tras recibir informes sobre la acción de los activistas. Sin embargo, no se impusieron sanciones, ya que la protesta no violaba ninguna ordenanza municipal. Los policías simplemente se aseguraron de que la situación no representara un peligro para los bañistas presentes en la playa.
La acción de Hazte Oír fue recibida con reacciones mixtas. Mientras algunos la apoyaron como una forma legítima de expresión, otros, incluidos miembros del PSOE de Lanzarote, la rechazaron, defendiendo los valores democráticos y la necesidad de un debate político respetuoso. La organización, por su parte, argumenta que su campaña es un esfuerzo por mantener la vigilancia ciudadana, incluso durante el periodo vacacional de los altos cargos públicos, y que busca reforzar la transparencia y el control social sobre el poder.
La protesta en Playa Bastián no solo atrajo la atención de los bañistas, sino que también se convirtió en un tema candente en las redes sociales. Las imágenes de las sombrillas y el mensaje que llevaban se compartieron ampliamente, generando un debate sobre la libertad de expresión y el papel de las manifestaciones en espacios públicos. Hazte Oír considera que este tipo de acciones son necesarias para hacer visible lo que, según ellos, el poder político intenta ocultar.
La playa Bastián es conocida por ser un lugar donde se permite la entrada de mascotas, lo que la convierte en un destino popular para familias y turistas. Sin embargo, el evento del 19 de agosto la colocó en el centro de la atención mediática, no solo por la protesta en sí, sino también por la respuesta de las autoridades locales. La intervención de la Policía Local fue vista como un intento de equilibrar la seguridad de los ciudadanos con el derecho a la libre expresión.
La campaña de Hazte Oír, que se ha extendido a otras localidades, busca no solo llamar la atención sobre la corrupción, sino también fomentar un diálogo más amplio sobre la responsabilidad de los líderes políticos. La organización ha enfatizado que su objetivo es mantener viva la discusión sobre la transparencia y la rendición de cuentas, especialmente en un momento en que muchos ciudadanos sienten que sus voces no son escuchadas.
En medio de este clima de descontento, la protesta en Lanzarote se suma a una serie de acciones similares que han tenido lugar en diferentes partes de España. A medida que las elecciones se acercan, es probable que veamos un aumento en este tipo de manifestaciones, ya que los ciudadanos buscan formas creativas de expresar sus opiniones y preocupaciones sobre la situación política actual. La combinación de un entorno turístico con un mensaje político fuerte ha demostrado ser una fórmula efectiva para captar la atención del público y generar conversación.
La situación en Lanzarote es un reflejo de un descontento más amplio que se siente en muchas partes del país. A medida que la política española continúa evolucionando, es evidente que los ciudadanos están dispuestos a utilizar cualquier medio a su disposición para hacer oír sus voces. La protesta en Playa Bastián es solo un ejemplo de cómo la creatividad y la determinación pueden unirse para desafiar el status quo y exigir un cambio.