La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha actualizado sus proyecciones de crecimiento para la economía española, elevando su previsión para 2025 a un 2,6%. Esta cifra se alinea con las estimaciones recientes del Banco de España, que también ha ajustado sus expectativas al alza. Sin embargo, se sitúa ligeramente por debajo de la proyección del Gobierno, que estima un crecimiento del 2,7%. A pesar de un entorno global marcado por la incertidumbre geopolítica y comercial, España se posiciona para liderar el crecimiento entre las economías avanzadas en 2025, según el Ministerio de Economía.
Las proyecciones de la OCDE no solo abarcan a España, sino que también ofrecen una visión más amplia del crecimiento global. Para 2026, la OCDE ha ajustado su previsión de crecimiento para la economía española a un 2%. En términos globales, se espera que la economía mundial crezca un 3,2%, lo que representa un aumento de tres décimas respecto a la estimación anterior. En la zona euro, la previsión se ha elevado en dos décimas, alcanzando un 1,2%, lo que contrasta notablemente con el crecimiento proyectado para España.
### Factores que Impulsan el Crecimiento
El primer semestre de 2025 ha superado las expectativas, lo que ha llevado a la OCDE a revisar al alza sus proyecciones. Este cambio se produce en un contexto donde los acuerdos arancelarios entre Estados Unidos y la Unión Europea, así como con Japón y el Reino Unido, han contribuido a reducir la incertidumbre relacionada con una posible guerra comercial global. En julio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) también revisó sus proyecciones de crecimiento global, elevándolas a un 3% para 2025, lo que refleja una tendencia positiva en la economía mundial.
La OCDE destaca que el crecimiento mundial ha demostrado ser más resistente de lo que se había anticipado, especialmente en economías emergentes. La producción industrial y el comercio han sido impulsados por un aumento en la inversión, particularmente en el sector de la Inteligencia Artificial en Estados Unidos. Además, el apoyo fiscal en China ha ayudado a mitigar los efectos negativos de las tensiones comerciales y la debilidad en el mercado inmobiliario.
Sin embargo, a pesar de estas señales positivas, la OCDE también advierte sobre el impacto de los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos, que han comenzado a afectar la economía global. En agosto, el arancel efectivo general de Estados Unidos alcanzó el 19,5%, el nivel más alto desde 1993. Este aumento en los aranceles está comenzando a reflejarse en las decisiones de gasto, los mercados laborales y los precios al consumidor.
### Desafíos en el Horizonte
A pesar de las proyecciones optimistas, la OCDE señala que ya se están observando efectos adversos en los mercados laborales. Se han reportado señales de suavización, con un aumento en las tasas de desempleo y una disminución en las vacantes de empleo en algunas economías, incluyendo Estados Unidos. La desinflación se ha estabilizado en muchas economías, aunque el aumento de los precios de los alimentos ha contribuido a un resurgimiento de la inflación en bienes, mientras que la inflación en servicios se mantiene persistente.
El informe de la OCDE, titulado ‘Encontrar el equilibrio adecuado en tiempos de incertidumbre’, subraya la necesidad de que los países adopten políticas que fomenten un crecimiento sostenible y equitativo. A medida que el mundo se enfrenta a desafíos económicos y políticos, es crucial que las naciones trabajen juntas para mitigar los riesgos y maximizar las oportunidades de crecimiento.
En resumen, las proyecciones de crecimiento de la OCDE para España y el resto del mundo reflejan un panorama mixto. Si bien hay razones para ser optimistas, los desafíos que plantea el nuevo contexto arancelario y las tensiones en los mercados laborales requieren atención y acción. La capacidad de España para liderar el crecimiento entre las economías avanzadas dependerá de su habilidad para navegar estos desafíos y aprovechar las oportunidades que se presenten en el futuro.