El sector del metal en la provincia de Las Palmas se encuentra en una situación crítica tras el fracaso de las negociaciones para un nuevo convenio colectivo. Con más de 2.000 empresas y alrededor de 15.000 trabajadores involucrados, la convocatoria de movilizaciones por parte del sindicato CC OO ha generado un gran revuelo en la comunidad laboral. Las protestas están programadas para el mes de junio, y se espera que sean una manifestación contundente de la disconformidad de los trabajadores ante lo que consideran una falta de consideración por parte de la patronal Femepa.
### La Situación Actual del Convenio del Metal
Las negociaciones para el nuevo convenio colectivo se rompieron debido a la postura considerada «intransigente» de Femepa, que ha sido criticada por no ofrecer una actualización salarial adecuada. Según el sindicato, el convenio actual, que se cerró en 2022 y abarca los años 2021-2024, ha quedado obsoleto, ya que la inflación y el costo de vida en el archipiélago han aumentado significativamente. En los últimos cuatro años, la cesta de la compra en Canarias ha subido un 35%, lo que ha llevado a los trabajadores a exigir una revisión salarial que refleje esta realidad.
El sindicato ha denunciado que la propuesta de la patronal solo contempla una subida que garantiza el IPC del año siguiente al vencimiento del convenio, lo que no es suficiente para cubrir el aumento del costo de vida. Además, se ha planteado una flexibilidad horaria del 25%, lo que implicaría un aumento en la jornada laboral diaria de al menos una hora. Esta situación ha generado preocupación entre los trabajadores, quienes ven en estas medidas una amenaza a la conciliación familiar y a sus derechos laborales.
### La Resistencia de los Trabajadores
La respuesta de los trabajadores ha sido clara: no están dispuestos a aceptar condiciones que consideran injustas. CC OO ha manifestado que no permitirán que se les trate como «trabajadores de segunda» mientras las empresas del sector continúan aumentando sus márgenes de beneficios. La indignación es palpable, y las movilizaciones que se avecinan son un reflejo de la frustración acumulada por años de negociaciones infructuosas.
El último convenio del sector del metal, que se firmó tras más de un año de negociaciones, incluyó una subida del 4% para los años 2022, 2023 y 2024, además de un 2% adicional con un factor de corrección del IPC. Sin embargo, con el convenio ya caducado desde hace medio año, los trabajadores sienten que sus necesidades no están siendo atendidas adecuadamente.
Las movilizaciones programadas para junio se presentan como una oportunidad para que los trabajadores del metal expresen su descontento y exijan condiciones laborales más justas. Se espera que estas protestas atraigan a un gran número de participantes, lo que podría poner presión sobre la patronal para reconsiderar su postura y abrir un diálogo más constructivo.
La situación en el sector del metal es un reflejo de un problema más amplio que afecta a muchos trabajadores en diversas industrias. La lucha por salarios justos y condiciones laborales dignas es un tema recurrente en la actualidad, y las movilizaciones en Las Palmas son solo una parte de un movimiento más grande que busca cambiar la narrativa sobre el trabajo y la compensación en el país.
A medida que se acercan las fechas de las movilizaciones, la atención se centra en cómo responderá Femepa a las demandas de los trabajadores. La presión social y la solidaridad entre los diferentes sectores laborales pueden jugar un papel crucial en el desenlace de esta situación. Los trabajadores del metal están decididos a hacer oír su voz y a luchar por lo que consideran un derecho fundamental: un salario digno y condiciones laborales justas.