La Fiesta del Cordero, conocida como Eid al-Adha, es una de las celebraciones más significativas para los musulmanes en Marruecos. Sin embargo, este año, la festividad se celebra de una manera inusual, ya que el sacrificio del cordero ha sido suspendido debido a la sequía y las dificultades económicas que enfrenta el país. Esta es la cuarta vez en la historia que se toma una decisión de este tipo, lo que ha generado un ambiente de incertidumbre y reflexión entre los ciudadanos.
La decisión fue anunciada por el rey Mohamed VI, quien también es el Emir de los Creyentes. En un comunicado, el monarca instó a la población a abstenerse de realizar el sacrificio, argumentando que la situación climática y económica ha llevado a una disminución significativa en el número de corderos disponibles. Esta medida ha sido recibida con una mezcla de alivio y tristeza, ya que muchos ciudadanos se preparan para la festividad sin el elemento central que tradicionalmente la caracteriza.
**Preparativos y Cambios en la Celebración**
A medida que se acerca la fecha de la festividad, los ciudadanos de Marruecos comienzan a hacer sus preparativos. Sin embargo, este año, el ambiente es notablemente diferente. En lugar de las habituales caravanas de vehículos transportando corderos, las calles están más tranquilas. Los vendedores de ganado y los afiladores, que normalmente se ven en cada esquina, han desaparecido. Un joven de Rabat expresó su sorpresa al notar que, a pesar de que la fiesta se celebrará el sábado, no hay la misma sensación de anticipación que en años anteriores.
A pesar de la ausencia del sacrificio, muchas familias han decidido seguir con las tradiciones de la festividad. Se llevarán a cabo rezos colectivos, reuniones familiares y comidas, aunque el menú ha cambiado. En lugar de cordero, los hogares han optado por comprar carne de otras fuentes, como pollo, que resulta más asequible. Esto ha llevado a un aumento en la demanda de carne en las carnicerías, lo que a su vez ha incrementado los precios. Actualmente, el costo de la carne de cordero ronda los 13 euros por kilo, y algunos cortes, como el hígado, han alcanzado los 20 euros.
La situación económica ha hecho que muchas familias reconsideren sus gastos. En años anteriores, el precio de un cordero podía oscilar entre 300 y 400 euros, lo que ya era un desafío para muchas familias, especialmente aquellas con menos recursos. Este año, la suspensión del sacrificio ha sido vista como un alivio por algunos, ya que les permite evitar un gasto significativo en un momento de crisis económica.
**Impacto Social y Cultural**
La decisión del rey de suspender el sacrificio ha tenido un impacto profundo en la sociedad marroquí. Para muchas mujeres, que tradicionalmente asumen la mayor parte de las tareas relacionadas con la preparación de la comida para la festividad, esta decisión ha significado una reducción en la carga de trabajo. Una mujer compartió que, tras el sacrificio, son ellas quienes se encargan de limpiar y preparar la carne, lo que representa un esfuerzo considerable. La suspensión del sacrificio ha sido vista como una oportunidad para que las familias se reúnan y celebren de una manera diferente, sin la presión de las tareas adicionales que conlleva el sacrificio del cordero.
La historia de la suspensión del sacrificio no es nueva en Marruecos. En el pasado, el rey Hassan II tomó decisiones similares en 1963, 1981 y 1996, debido a sequías y crisis económicas. La decisión actual del rey Mohamed VI ha sido interpretada como una respuesta a los retos climáticos y económicos que enfrenta el país, y ha llevado a las autoridades a implementar medidas estrictas para hacer cumplir la prohibición del sacrificio. Se han cerrado mercados y espacios de comercio de ganado, y se han emitido instrucciones a los gobernadores locales para asegurar que se respete esta decisión.
La Fiesta del Cordero, aunque diferente este año, sigue siendo un momento de unión familiar y reflexión. A medida que los marroquíes se preparan para celebrar, la ausencia del cordero no ha disminuido el espíritu de la festividad, que se centra en la fe, la comunidad y la solidaridad entre los ciudadanos. La adaptación a las circunstancias actuales refleja la resiliencia de la cultura marroquí y su capacidad para encontrar formas de celebrar a pesar de las adversidades.