La UD Las Palmas se encuentra en un momento crucial de la temporada, donde cada partido puede marcar la diferencia entre la permanencia en la Primera División y el descenso. En este contexto, Viti Rozada, lateral diestro del equipo, ha compartido sus pensamientos sobre la importancia del apoyo de la afición y la confianza que el equipo necesita para enfrentar los desafíos que se avecinan.
### La importancia del apoyo de la afición
Viti Rozada ha sido claro al afirmar que la salvación del equipo «pasa por nuestro estadio». Este mensaje resuena profundamente en el corazón de los aficionados, quienes son considerados el «jugador número 12» del equipo. La conexión entre la afición y los jugadores es fundamental, especialmente en momentos de presión. Rozada enfatiza que el apoyo del público puede ser vital en los momentos críticos de un partido, cuando la energía puede decaer y la moral del equipo necesita un impulso.
«Es fundamental que la afición esté con nosotros. En muchos momentos de los partidos, cuando falta energía, su apoyo es vital. Animo a toda la gente a que venga a apoyarnos, porque nos vamos a dejar todo en el campo», declaró el jugador. Este llamado a la unidad es un recordatorio de que el fútbol es un deporte que va más allá de los once jugadores en el campo; es una experiencia colectiva que involucra a toda la comunidad.
La UD Las Palmas ha tenido un recorrido irregular en la liga, y la presión por obtener resultados positivos es palpable. Sin embargo, Rozada se muestra optimista y confía en que el equipo tiene la capacidad de ganar a cualquier rival, incluyendo al Valencia, que se presenta como un adversario complicado. La confianza es un factor clave en el rendimiento de un equipo, y Rozada reconoce que, a pesar de las dificultades, el equipo ha mostrado destellos de calidad en sus actuaciones recientes.
### Adaptación y crecimiento en la categoría
El jugador asturiano también ha hablado sobre su adaptación a la Primera División, un cambio que ha supuesto un reto significativo. «Al principio sí noté el cambio de pasar de Segunda a Primera División. He ido cogiendo confianza con los partidos y cada vez me siento mejor», comentó. Esta adaptación es crucial no solo para su rendimiento personal, sino también para el éxito del equipo en su conjunto.
Las lesiones son una parte desafortunada del deporte, y Rozada ha tenido que lidiar con una que interrumpió su dinámica de juego. Sin embargo, su enfoque en mejorar y contribuir al equipo es evidente. «Tuve mala suerte con la lesión, porque me cortó la dinámica que llevaba. En estos encuentros intentaré subir un escalón si se puede», afirmó. Este deseo de superación es un reflejo del espíritu competitivo que caracteriza a los jugadores de la UD Las Palmas.
El próximo partido contra el Valencia es una oportunidad crucial para que el equipo demuestre su valía y su capacidad para competir en la élite del fútbol español. La afición, que ha estado al lado del equipo en las buenas y en las malas, jugará un papel fundamental en este encuentro. La atmósfera en el Estadio de Gran Canaria puede ser el factor decisivo que impulse a los jugadores a dar lo mejor de sí mismos.
La UD Las Palmas ha tenido una historia rica y apasionante en el fútbol español, y su afición es parte integral de esa historia. La conexión emocional entre los jugadores y los seguidores es lo que hace que el fútbol sea más que un simple juego. Cada pase, cada gol y cada victoria se celebra como un triunfo colectivo, y cada derrota se siente como una pérdida compartida.
A medida que la temporada avanza, el equipo necesita más que nunca el apoyo de su afición. La voz de los seguidores puede ser el aliento que los jugadores necesitan para superar los obstáculos y alcanzar sus objetivos. Viti Rozada, con su mensaje claro y motivador, está haciendo un llamado a todos los aficionados a unirse y ser parte de esta lucha por la salvación en la Primera División. La UD Las Palmas tiene un camino por recorrer, y con el apoyo de su afición, la esperanza de permanecer en la máxima categoría del fútbol español sigue viva.
