El mundo del streaming ha sido testigo de un suceso trágico que ha sacudido a Francia y ha reabierto el debate sobre los límites de la violencia en las plataformas digitales. Raphaël Graven, conocido en línea como Jean Pormanove, falleció tras 12 días de transmisión en vivo, donde sufrió humillaciones y violencia extrema. Este evento ha generado una ola de críticas hacia las plataformas de streaming y ha puesto en el centro de la discusión la responsabilidad de los creadores de contenido y las redes sociales.
La muerte de Pormanove ocurrió mientras estaba en directo, con cerca de 10,000 espectadores presenciando su agonía. La Fiscalía de Niza ha iniciado una investigación por un «presunto acto violento deliberado», y se espera que la autopsia determine las causas de su fallecimiento. La ministra delegada de Asuntos Digitales, Clara Chappaz, ha señalado que las plataformas tienen la responsabilidad legal de eliminar contenido ilícito y ha instado a Kick, la plataforma donde se transmitía el evento, a actuar con mayor diligencia.
La situación ha sido calificada como «horrible» por la Alta Comisionada para la Infancia, Sarah El Haïry, quien también ha enfatizado la necesidad de regular el contenido en línea para proteger a los más jóvenes. Este no es un caso aislado; el año pasado, la Fiscalía de Niza ya había abierto una investigación similar por delitos de odio y violencia en el mismo grupo de influencers.
### La Cultura del Espectáculo Violento
Raphaël Graven, un exmilitar de 46 años, se había hecho un nombre en las redes sociales al filmarse sufriendo humillaciones y violencia por parte de otros influencers. Su contenido, que atraía a cerca de 600,000 suscriptores, se caracterizaba por la falta de límites en lo que respecta a la violencia y el sufrimiento. Durante las 300 horas de streaming, Graven fue objeto de bofetadas, golpes y humillaciones constantes, mientras sus compañeros de transmisión se reían y lo insultaban.
A pesar de las evidencias de su sufrimiento, su hermano Gwen defendió el contenido, argumentando que todo era consensuado y estaba bajo control. Sin embargo, las imágenes y testimonios de Graven pidiendo que lo dejaran en paz contradicen esta afirmación. La presión de la audiencia y la búsqueda de contenido extremo han llevado a un punto donde la línea entre el entretenimiento y la explotación se ha desdibujado.
Este tipo de contenido no es exclusivo de Francia. En otros países, como España, también se han visto fenómenos similares, donde influencers realizan actos autodestructivos en busca de donaciones y visualizaciones. Un ejemplo reciente es el de dos economistas que se hicieron virales por sus consejos poco convencionales, que incluyen actos peligrosos y humillantes, todo en nombre del entretenimiento.
### La Responsabilidad de las Plataformas
La muerte de Pormanove ha puesto de relieve la falta de control y regulación en las plataformas de streaming. A pesar de que las redes sociales han sido advertidas sobre el contenido violento y potencialmente dañino, muchas veces actúan con lentitud o inacción. La situación se complica aún más cuando los espectadores, en lugar de alertar sobre el peligro, se convierten en cómplices al reírse y animar a los creadores a continuar con sus actos extremos.
El abogado de uno de los participantes en el reto ha declarado que su cliente no tiene responsabilidad en la muerte de Pormanove, pero la Fiscalía mantiene a todos los involucrados bajo investigación. Kick, la plataforma donde se transmitió el evento, ha bloqueado las cuentas de los participantes, pero muchos se preguntan si esto es suficiente para abordar el problema de fondo.
La historia de Pormanove es un recordatorio de que el entretenimiento no debe cruzar la línea hacia la explotación y el daño. Las plataformas de streaming deben asumir su responsabilidad y establecer límites claros sobre lo que es aceptable en sus plataformas. La regulación del contenido en línea es esencial para proteger a los usuarios, especialmente a los más jóvenes, de situaciones peligrosas y potencialmente mortales.
La tragedia de Raphaël Graven no solo es un llamado a la acción para las plataformas de streaming, sino también una invitación a la reflexión sobre el tipo de contenido que consumimos y promovemos en línea. La búsqueda de entretenimiento no debe llevar a la deshumanización ni a la violencia, y es responsabilidad de todos, tanto creadores como espectadores, asegurarse de que el contenido que consumimos sea seguro y respetuoso.