La historia del barrio de Titerroy en Arrecife se ha convertido en un símbolo de la lucha por la dignidad y el derecho a la vivienda. La reciente muerte de Candelaria Díaz, una vecina que vivió en carne propia el dolor de perder a su hijo y de ser despojada de su hogar, ha reavivado el debate sobre la desatención institucional que ha marcado la vida de muchos en esta comunidad. Desde el trágico derrumbe de una vivienda en 2009, que dejó a varias familias sin hogar, la situación ha sido un ciclo interminable de promesas incumplidas y burocracia ineficaz.
La historia de Candelaria es un reflejo de la desesperación que sienten muchos vecinos de Titerroy. Tras el derrumbe del techo de su casa, que resultó en la muerte de su hijo Tito, Candelaria se vio obligada a abandonar su hogar, un lugar que había sido testigo de su vida y de sus sueños. A pesar de los años transcurridos, la comunidad sigue esperando respuestas y soluciones que nunca llegan. La Asociación de Vecinos de Titerroy ha denunciado la falta de compromiso por parte de las autoridades, quienes han hecho caso omiso a las necesidades de los afectados.
### Desalojos y la Lucha por una Vivienda Digna
El desalojo forzado de los residentes de Titerroy ha llevado a muchas familias a una situación de precariedad extrema. Muchos se han visto obligados a alquilar viviendas en un mercado que se ha vuelto cada vez más inaccesible. La falta de ayudas al alquiler ha dejado a estas familias en una situación de vulnerabilidad, donde el derecho a una vivienda digna, consagrado en la Constitución Española, se ha convertido en una mera ilusión.
Desde el derrumbe, las familias han tenido que lidiar con un laberinto burocrático que parece no tener fin. Promesas de rehabilitación y fondos destinados a la recuperación de viviendas han sido anunciados, pero la realidad es que muy poco se ha concretado. A pesar de que el Ayuntamiento de Arrecife y el Gobierno de Canarias han recibido recursos para abordar esta crisis, la ejecución de proyectos ha sido lenta y, en muchos casos, inexistente. La subvención de 350.000 euros aceptada en marzo de 2023 para la rehabilitación de viviendas en Titerroy es un ejemplo de cómo los plazos se alargan y las soluciones se diluyen en la inacción.
La Asociación de Vecinos ha expresado su preocupación por la posibilidad de que estos fondos se pierdan si no se solicita una prórroga para su ejecución. La incertidumbre que rodea a la gestión de estos recursos solo agrava la angustia de quienes han perdido su hogar y su esperanza. Además, la rehabilitación de algunas viviendas que han sido vendidas a nuevos propietarios ha generado un profundo descontento entre los vecinos originales, quienes se sienten traicionados por un sistema que debería proteger sus derechos.
### La Inacción Institucional y la Necesidad de Justicia
La falta de respuesta por parte de las instituciones ha sido un tema recurrente en las denuncias de los vecinos. La Asociación de Vecinos de Titerroy ha señalado que la actitud de las autoridades ha sido de desinterés y abandono. A pesar de las críticas y las promesas de atención, la situación ha permanecido prácticamente inalterada. En 2018, el entonces Diputado del Común, Jerónimo Saavedra, ya había denunciado la obstrucción y el desgaste que sufrían los afectados, pero desde entonces poco ha cambiado.
El actual consejero de Vivienda del Gobierno de Canarias, Pablo Rodríguez, ha visitado Lanzarote, pero su falta de contacto directo con las familias ha dejado un vacío en la comunicación y en la empatía que se requiere en situaciones tan críticas. Los vecinos sienten que sus voces no son escuchadas y que sus necesidades son ignoradas, lo que alimenta un creciente sentimiento de frustración y desesperanza.
La memoria de Candelaria Díaz y de otros vecinos que han fallecido sin poder regresar a sus hogares es un recordatorio doloroso de la lucha por la justicia y la dignidad. La Asociación de Vecinos de Titerroy continúa su labor de denuncia y reivindicación, exigiendo que el derecho a la vivienda no sea solo un discurso político, sino una realidad tangible para todos los afectados. La lucha por la justicia en Titerroy es un llamado a la acción, un grito que resuena en cada rincón de este barrio que ha sido marcado por la tragedia y la esperanza.