La crisis migratoria en Canarias ha sido un tema de gran relevancia en los últimos años, especialmente en lo que respecta a la atención de menores no acompañados. Recientemente, se ha observado un descenso significativo en las llegadas de migrantes, lo que ha permitido un respiro a los centros de acogida de menores en el archipiélago. En este contexto, es importante analizar la situación actual de estos menores, así como las medidas que se están implementando para garantizar su bienestar y derechos.
**Descenso en las Llegadas y su Impacto en los Centros de Acogida**
Según los últimos informes de la Consejería de Bienestar Social del Gobierno de Canarias, actualmente hay 5.180 menores migrantes acogidos en las islas, de los cuales 1.003 son solicitantes de protección internacional. Este número ha disminuido considerablemente, ya que en su momento se llegó a superar los 6.000 menores, lo que generó una saturación en los centros de acogida, que operaban por encima del 100% de su capacidad. En la actualidad, la ocupación de estos centros se encuentra por debajo del 70%, lo que ha permitido a los trabajadores y voluntarios de estas instituciones respirar un poco más aliviados.
El descenso en las llegadas, que se ha estimado en un 40% hasta julio de este año, ha sido un factor clave para mejorar las condiciones de vida de los menores en los centros. Con la llegada de los primeros traslados de menores solicitantes de asilo a la península, se espera que la situación continúe mejorando. Estos traslados son parte de un acuerdo entre el Gobierno de Canarias y el Ejecutivo estatal, que busca compartir la responsabilidad de la atención a estos menores entre las diferentes comunidades autónomas.
**El Proceso de Traslado y la Protección de los Derechos de los Menores**
El proceso de traslado de menores migrantes a la península ha comenzado con los primeros 141 traslados al recinto Canarias 50, ubicado en La Isleta. Este proceso se ha llevado a cabo con el objetivo de garantizar que se respete el interés superior del menor, un principio fundamental en la legislación internacional y nacional. Los menores que han manifestado su deseo de continuar su ruta migratoria hacia la península están siendo atendidos por la ONG Engloba, que se encarga de realizar valoraciones individuales y asegurar que se cumplan sus derechos.
Es importante destacar que no todos los menores están optando por trasladarse. Aquellos que desean permanecer en Canarias para continuar su proceso de asilo tienen la opción de hacerlo, y se les está brindando el apoyo necesario para que puedan seguir en el archipiélago. En este sentido, se ha priorizado a los menores de más de 15 años, y se ha establecido un protocolo para que aquellos que están cerca de cumplir la mayoría de edad puedan ser atendidos en recursos adecuados para adultos una vez que alcancen esa edad.
Sin embargo, el proceso de traslado no está exento de desafíos. A pesar de los compromisos adquiridos por el Gobierno estatal de realizar dos derivaciones semanales de grupos de 20 niños a las comunidades que cuenten con plazas disponibles, la falta de claridad sobre cómo se llevarán a cabo estas derivaciones ha generado incertidumbre. La última reunión de la Conferencia Sectorial de Infancia y Adolescencia, que reúne a todas las comunidades autónomas, no pudo celebrarse debido a la ausencia de las comunidades gobernadas por el Partido Popular, lo que ha sido criticado por algunos sectores como una falta de transparencia y lealtad institucional.
La situación de los menores migrantes en Canarias es un reflejo de un problema más amplio que afecta a muchas regiones de Europa. La gestión de la migración y la protección de los derechos de los menores son temas complejos que requieren un enfoque coordinado y solidario entre las diferentes administraciones. A medida que se avanza en el proceso de traslado y se implementan nuevas políticas, es fundamental que se mantenga el enfoque en el bienestar de los menores y se garantice que sus derechos sean respetados en todo momento.
La atención a los menores migrantes en Canarias es un tema que seguirá siendo objeto de debate y análisis en los próximos meses. Con la llegada de nuevos grupos de menores a la península y la continua adaptación de las políticas de acogida, es crucial que se mantenga un diálogo abierto y constructivo entre todas las partes involucradas para asegurar que se tomen las mejores decisiones en beneficio de estos jóvenes vulnerables.