La reciente revelación sobre una trama de distribución ilegal de camisetas y otros productos del CD Tenerife ha sacudido el mundo del deporte en la isla. Este escándalo no solo involucra la sustracción de indumentarias oficiales, sino que también pone de manifiesto la vulnerabilidad de las instituciones deportivas frente a prácticas delictivas que operan con total impunidad. La situación se ha vuelto aún más compleja al descubrir que la red de distribución utilizaba aplicaciones de mensajería como WhatsApp para comercializar el material robado, lo que ha generado un gran revuelo entre los aficionados y la comunidad en general.
**Operativa de la Trama**
La trama de distribución ilegal se ha caracterizado por su ingeniosa forma de operar. Los responsables de la sustracción de camisetas y otros productos del CD Tenerife se valían de grupos de WhatsApp para difundir fotografías del material disponible. Estos grupos estaban compuestos por diferentes colectivos, como murgas del Carnaval, padres de alumnos de colegios y asociaciones de vecinos. La estrategia era clara: aprovechar la alta demanda de productos del equipo para vender camisetas a precios irrisorios, a veces tan bajos como diez euros.
Una de las particularidades de esta operación es que las camisetas ofrecidas eran en su mayoría de tallas limitadas, ya que se trataba de equipaciones destinadas al uso interno de los futbolistas y técnicos del club. La firma Hummel, encargada de proveer la indumentaria, había entregado estas prendas específicamente para el equipo, lo que hace que la situación sea aún más alarmante. Los jugadores, en varias ocasiones, se quejaron de la escasez de material, lo que ahora cobra sentido al entender que gran parte de este estaba siendo desviado hacia el mercado negro.
Los mensajes de WhatsApp que han sido recuperados por las autoridades muestran que el material ofrecido incluía incluso prendas ya serigrafiadas, listas para ser utilizadas en partidos oficiales. Esto no solo demuestra la gravedad del delito, sino que también pone en evidencia la falta de control y supervisión dentro del club. Durante los meses de mayor actividad delictiva, la red llegó a ofrecer balones oficiales que correspondían exactamente a los modelos utilizados por el equipo en sus competiciones, lo que añade una capa más de complejidad a la situación.
**Impacto Económico y Reputacional**
El impacto de esta trama no se limita únicamente a la pérdida económica que ha sufrido el CD Tenerife, sino que también afecta gravemente su reputación. Se estima que el volumen de camisetas y otros productos sustraídos podría ascender a varios miles de euros, aunque el club aún no ha cuantificado públicamente el daño. Algunos dirigentes han expresado en conversaciones privadas su preocupación por el «daño económico y reputacional que será irreparable». Esto es especialmente preocupante en un momento en que el club busca fortalecer su imagen y relación con los aficionados.
La situación se volvió aún más crítica cuando se descubrió que algunos de los involucrados en la trama eran personas con vínculos directos al club. Esto ha llevado a una crisis interna, donde se esperaba un comunicado oficial que defendiera a los trabajadores del club, pero la respuesta fue considerada laxa y poco contundente. La falta de una respuesta clara ha dejado a muchos aficionados y empleados con un sentimiento de desconfianza hacia la gestión del club.
El cese de la actividad de la trama se produjo de manera abrupta a principios de enero, justo después de que se presentaran denuncias ante la Guardia Civil. Aunque muchos pensaron que el fin de la actividad se debía al cierre de la campaña navideña, la realidad es que las investigaciones policiales habían comenzado a tomar forma, lo que llevó a los involucrados a cesar sus operaciones. Esto pone de manifiesto la necesidad de una mayor vigilancia y control sobre las actividades que se realizan dentro del entorno deportivo.
La trama no solo se limitó a la venta de camisetas, sino que también se extendió a otros productos del club, como mochilas y prendas que ni siquiera estaban disponibles en el catálogo oficial. Esto ha llevado a que algunos aficionados realicen compras masivas, lo que ha incrementado aún más la preocupación por la magnitud del problema. La aparición de estos productos en plataformas de reventa como Wallapop ha hecho que la situación sea aún más alarmante, ya que se evidencia la existencia de un mercado negro que opera sin restricciones.
La comunidad deportiva de Tenerife se encuentra en un momento crítico, donde la confianza en las instituciones se ha visto seriamente afectada. La necesidad de implementar medidas más estrictas para prevenir este tipo de situaciones es más evidente que nunca. La trama de distribución ilegal de camisetas del CD Tenerife no solo es un caso de robo, sino un reflejo de la falta de control y supervisión que puede existir en el ámbito deportivo, y que debe ser abordado con urgencia para proteger la integridad del deporte en la isla.