La reciente pérdida de Domingo Álvarez Febles, un destacado periodista canario, ha dejado una profunda huella en el ámbito del periodismo deportivo en las Islas Canarias. Nacido en Santa Cruz de Tenerife en 1964, Álvarez se convirtió en una figura emblemática, conocido por su voz calmada y su enfoque riguroso en la narración de eventos deportivos. Su carrera abarcó seis Juegos Olímpicos, donde tuvo la oportunidad de relatar las hazañas de atletas canarios y de otros competidores internacionales, convirtiéndose en un referente para muchos en el mundo del deporte.
Desde sus inicios en Radio Juventud de Canarias, Domingo Álvarez demostró una pasión inquebrantable por el periodismo. Su trayectoria lo llevó a Radio Nacional de España, donde se destacó por su capacidad para conectar con la audiencia a través de su estilo narrativo único. A lo largo de su carrera, fue director de RTVE Canarias durante ocho años, un período en el que dejó una marca indeleble en la programación y en la forma en que se cubrían los eventos deportivos en la región. Sus compañeros lo describen como un profesional íntegro, con una vocación inagotable y un temple sereno que le permitía abordar incluso los momentos más tensos con equilibrio y claridad.
### Un Cronista de los Juegos Olímpicos
Domingo Álvarez tuvo la fortuna de narrar seis ediciones de los Juegos Olímpicos, comenzando con Barcelona 1992 y culminando en Londres 2012. Cada uno de estos eventos fue una oportunidad para que Álvarez mostrara su habilidad para contar historias, no solo de los atletas, sino también de la cultura y el espíritu de cada ciudad anfitriona. Su cobertura de los Juegos fue más que una simple narración de resultados; era una celebración de la dedicación y el esfuerzo de los deportistas, así como un homenaje a la historia del deporte canario.
La voz de Álvarez resonaba en los hogares de muchos canarios, convirtiéndose en un símbolo de la conexión entre la comunidad y el deporte. Su enfoque en la narrativa y su capacidad para transmitir la emoción de cada evento hicieron que su trabajo fuera apreciado tanto por los aficionados al deporte como por aquellos que simplemente disfrutaban de su estilo de presentación. Su legado perdurará en la memoria colectiva de quienes crecieron escuchando sus relatos, y su influencia se sentirá en las futuras generaciones de periodistas deportivos.
### Un Defensor de la Libertad de Prensa
Más allá de su labor como narrador de eventos deportivos, Domingo Álvarez también fue un firme defensor de la libertad de prensa. Se definía a sí mismo como un «hombre tranquilo y sereno», pero no dudaba en «sacar las garras» cuando se trataba de defender sus principios. Esta dualidad en su carácter lo convirtió en un periodista respetado, no solo por su habilidad para contar historias, sino también por su compromiso con la verdad y la ética en el periodismo.
En un momento en que la información se difunde a una velocidad vertiginosa y la desinformación puede ser un problema, la voz de Álvarez se alzaba como un faro de integridad. Su enfoque en la veracidad y el rigor informativo es un ejemplo a seguir para los nuevos periodistas que entran en el campo. La comunidad periodística canaria ha perdido a un líder, pero su legado de honestidad y dedicación a la verdad continuará inspirando a quienes buscan seguir sus pasos.
La muerte de Domingo Álvarez a causa de un cáncer de estómago ha dejado un vacío en el corazón de muchos. Su legado no solo se mide por los eventos que cubrió, sino también por la forma en que impactó a quienes lo rodeaban. La comunidad deportiva y periodística de Canarias se une en un sentido homenaje a un hombre que dedicó su vida a contar las historias que importan, a dar voz a los que no la tienen y a celebrar el espíritu del deporte.
La figura de Domingo Álvarez es un recordatorio de la importancia del periodismo en la sociedad. Su trabajo ha contribuido a dar forma a la narrativa del deporte canario y ha dejado una marca indeleble en la historia del periodismo en las Islas Canarias. Su voz, aunque silenciada, seguirá resonando en los corazones de aquellos que lo admiraron y aprendieron de él. Descanse en paz, Domingo Álvarez, la voz calmada del deporte canario.