La intersección entre la física cuántica y el baloncesto puede parecer un concepto inusual, pero un reciente estudio ha demostrado que esta combinación puede ofrecer una nueva perspectiva sobre el rendimiento de los jugadores en la NBA. La investigación, que aplica la Teoría de Fluctuación de la Densidad Funcional (DFFT), busca transformar la forma en que entendemos el juego, utilizando datos masivos para desentrañar las complejidades del baloncesto.
### La Era del Big Data en el Baloncesto
En la actualidad, el baloncesto profesional se encuentra inmerso en una revolución impulsada por el big data. Cada partido genera una cantidad abrumadora de datos, gracias a sistemas de seguimiento que registran la posición de cada jugador en la cancha con una precisión milimétrica. Sin embargo, el verdadero desafío radica en convertir esta avalancha de información en conocimientos prácticos que puedan influir en la estrategia de los equipos y en la evaluación del talento de los jugadores.
El estudio mencionado ha logrado abordar este desafío al adaptar una técnica de la física cuántica para analizar el juego. En lugar de ver a los jugadores como simples puntos en un mapa, los investigadores los representan como «densidades». Este enfoque permite modelar la influencia de cada jugador en la cancha como una «nube» de probabilidad, donde el centro de la nube representa la posición del jugador y la forma de la nube indica cómo su influencia disminuye a medida que nos alejamos de él.
Este método innovador permite comparar jugadas que, aunque son similares en su configuración, pueden diferir en detalles sutiles. Al dividir la cancha en una cuadrícula de 10×10, el modelo analiza la densidad ofensiva y defensiva en cada casilla, aprendiendo de miles de jugadas y correlacionando estas configuraciones con los resultados finales de las posesiones. En lugar de requerir un análisis de 40,000 parámetros, la DFFT reduce esta cifra a solo 600, lo que mejora la eficiencia y la precisión del análisis.
### Métricas Avanzadas: Posicionamiento Defensivo y Gravedad del Jugador
Una de las aplicaciones más interesantes de este modelo es la creación de métricas avanzadas que permiten evaluar el rendimiento individual de los jugadores. La primera de estas métricas es el Ranking del Posicionamiento Defensivo, que evalúa la calidad del posicionamiento de un defensor de manera sofisticada. En lugar de simplemente observar si un defensor está cerca del balón, el sistema calcula la posición más probable que debería ocupar en función de la ubicación de los otros jugadores y el balón. Esto permite determinar si su posicionamiento mejora o empeora las opciones defensivas de su equipo.
Los resultados de esta métrica han revelado que jugadores como Brook Lopez, Nikola Vucevic y Nikola Jokic son particularmente efectivos en la defensa de tiros de 2 puntos, mientras que otros como Royce O’Neale y Bam Adebayo son más versátiles, adaptándose a diferentes situaciones defensivas. Este análisis sugiere que la diferencia en el posicionamiento defensivo entre los mejores y los peores jugadores puede traducirse en un ahorro significativo de puntos por partido para sus equipos.
Además, el estudio introduce el concepto de «gravedad» de un jugador, que se refiere a su capacidad para atraer la atención de la defensa, incluso sin tener el balón. Esta métrica se cuantifica por primera vez, permitiendo a los analistas medir el impacto de un jugador en la defensa de sus oponentes. Por ejemplo, Stephen Curry ha demostrado tener una gravedad excepcional en la línea de tres puntos, atrayendo defensores de manera similar a como lo haría un jugador promedio con el balón en las manos. En contraste, Shai Gilgeous-Alexander muestra una mayor gravedad cerca del aro, mientras que Luka Dončić presenta un equilibrio en su capacidad de atracción en diversas áreas de la cancha.
La aplicación de la DFFT no solo permite un análisis más profundo del rendimiento individual, sino que también abre la puerta a futuras aplicaciones en tiempo real. Por ejemplo, el modelo podría utilizarse para optimizar la posición de toda una defensa durante un partido, minimizando la probabilidad de que el equipo contrario anote. También se podría medir el «coeficiente intelectual defensivo» de los jugadores, analizando su capacidad para anticipar el resultado de una jugada antes de que se produzca el tiro.
Este enfoque innovador representa un avance significativo en el análisis deportivo, transformando datos brutos en una comprensión cuantificable de las estrategias y habilidades que definen el baloncesto de élite. La fusión de la física cuántica y el baloncesto no solo está redefiniendo cómo se evalúa el rendimiento en la NBA, sino que también está sentando las bases para un futuro donde el análisis de datos y la ciencia se integren aún más en el deporte.