El cambio climático ha puesto a las Islas Canarias en una situación crítica, especialmente en lo que respecta a la adaptación de sus infraestructuras educativas. En octubre de 2023, el Archipiélago se vio obligado a cancelar las clases debido a temperaturas extremas que alcanzaron hasta 35 grados. Esta experiencia llevó al Gobierno de Canarias a reflexionar sobre la adecuación de las instalaciones escolares para enfrentar el calor. En respuesta, la Consejería de Educación, liderada por Poli Suárez, presentó un plan de adaptación que incluye la creación de zonas de sombra en los centros educativos. Sin embargo, esta propuesta ha suscitado críticas y preocupaciones sobre su efectividad a largo plazo.
La propuesta del Gobierno incluye la instalación de estructuras metálicas, como cubiertas de metacrilato y aluminio, así como velas textiles y pérgolas prefabricadas. Aunque estas medidas buscan proporcionar sombra y mitigar el calor en las aulas, el arquitecto José Antonio Sosa ha expresado su desacuerdo con la elección de materiales. Según Sosa, las cubiertas metálicas pueden alcanzar temperaturas extremadamente altas, lo que podría agravar el problema en lugar de solucionarlo. «Es como el techo de un coche en verano; puede ser mortal», advierte. En su opinión, la solución más efectiva y sostenible sería la plantación masiva de árboles, que no solo proporcionan sombra, sino que también ayudan a enfriar el ambiente a través de la evapotranspiración.
### Alternativas Naturales para Combatir el Calor
El debate sobre la mejor manera de proporcionar sombra en las escuelas canarias ha llevado a Sosa a proponer alternativas más naturales. Asegura que, aunque las medidas provisionales son comprensibles, es fundamental considerar soluciones a largo plazo que incluyan la plantación de árboles. Específicamente, sugiere el uso de especies adecuadas, como los flamboyanes, que son capaces de adaptarse al clima subtropical de las Islas. Además, Sosa y su equipo de investigación están trabajando en un producto innovador que podría ofrecer sombra en climas con alta radiación solar.
La importancia de los árboles en este contexto no puede subestimarse. Según Sosa, los árboles son los mejores refrigerantes naturales, capaces de bajar la temperatura de una calle hasta 15 grados. La sombra que proporcionan no solo es más efectiva que cualquier cubierta metálica, sino que también permite una circulación de aire que mejora la comodidad en los espacios exteriores. «La máquina más perfecta de acondicionamiento en un edificio es la parra», afirma, enfatizando la necesidad de integrar más naturaleza en los entornos urbanos y educativos.
El plan de la Consejería de Educación también contempla la creación de zonas de sombra en espacios deportivos, lo que podría mejorar la experiencia de los estudiantes durante las actividades al aire libre. Sin embargo, Sosa advierte que incluso en estos casos, las soluciones deben ser más sostenibles. Por ejemplo, sugiere la instalación de placas fotovoltaicas en polideportivos cubiertos, que no solo proporcionarían sombra, sino que también generarían energía renovable.
### Inversión en Educación y Espacios Sostenibles
El Gobierno de Canarias ha destinado una inversión significativa de siete millones de euros para la creación de 160 espacios de sombra en centros educativos. Esta medida se ha implementado en varios colegios, como el CEIP Juan García Pérez en San Isidro, donde se ha observado una transformación en el uso del espacio exterior, especialmente durante los meses más calurosos. Sin embargo, la efectividad de estas medidas sigue siendo objeto de debate.
Sosa, quien es miembro de la Asociación para la Defensa del Árbol y del Paisaje de Gran Canaria (ADAPA), subraya la necesidad de un cambio de mentalidad en la planificación urbana y educativa. «Hay que plantar árboles a mansalva, en todos los huecos, en todas las esquinas, en todos los espacios que podamos», insiste. La resistencia a integrar más naturaleza en los entornos urbanos puede ser un obstáculo para enfrentar el cambio climático de manera efectiva.
La situación en Canarias es un reflejo de un problema más amplio que afecta a muchas regiones del mundo: la necesidad de adaptar nuestras infraestructuras a un clima cambiante. La elección entre soluciones temporales y sostenibles es crucial, y el debate sobre el plan de sombra en las escuelas canarias es solo un ejemplo de cómo se deben abordar estos desafíos. La combinación de tecnología y naturaleza podría ser la clave para crear entornos educativos más saludables y sostenibles en el futuro.