Un grupo de investigadores ha dado un paso significativo en la comprensión del envejecimiento humano al desarrollar un nuevo método para medir la edad biológica. Este avance, que podría revolucionar la forma en que se detectan y se gestionan las enfermedades relacionadas con la edad, ha sido liderado por un equipo internacional desde la Edith Cowan University en Australia. El innovador «reloj de envejecimiento», denominado gtAge, utiliza técnicas avanzadas de aprendizaje profundo para combinar dos señales biomoleculares presentes en la sangre: la estructura de azúcares unidos a anticuerpos y la actividad génica de las células sanguíneas, conocida como transcriptoma.
### La Precisión del Nuevo Método
La efectividad del sistema gtAge es notable. Según los resultados del estudio, este método puede predecir la edad biológica de un individuo con una precisión del 85%. Además, logra explicar aproximadamente el 85.3% de la variación observada entre la edad cronológica y la biológica. Es crucial entender la diferencia entre estos dos conceptos: la edad cronológica se refiere a los años vividos desde el nacimiento, mientras que la edad biológica está relacionada con diversos indicadores de salud, factores genéticos y el estilo de vida de una persona. Esto significa que algunas personas pueden tener una edad cronológica avanzada, pero su cuerpo puede funcionar como si fueran significativamente más jóvenes.
El estudio, publicado en la revista Engineering, destaca que la mejora en la medición de la edad biológica con el nuevo enfoque es superior a la obtenida mediante el uso de un solo biomarcador o sin la aplicación de aprendizaje profundo. Esto sugiere que la integración inteligente de múltiples capas biológicas puede proporcionar señales adicionales sobre el proceso de envejecimiento que hasta ahora habían pasado desapercibidas.
### Integración de Algoritmos Avanzados
Además de gtAge, los investigadores han desarrollado una herramienta algorítmica llamada AlphaSnake. Esta herramienta utiliza aprendizaje por refuerzo profundo para seleccionar las variables más informativas de cada conjunto de datos, evitando así la sobrecarga de información al combinar fuentes heterogéneas. Esta estrategia no solo mejora la precisión del reloj molecular, sino que también facilita su interpretación.
Los científicos también han analizado la diferencia entre la edad estimada por gtAge y la edad cronológica, relacionándola con marcadores cardiometabólicos como el colesterol y la glucemia. Los hallazgos indican que cuando la edad biológica es mayor que la cronológica, se observan asociaciones con factores de riesgo conocidos, lo que abre la puerta a la posibilidad de utilizar estos relojes de envejecimiento como herramientas para la detección temprana de enfermedades crónicas y para el seguimiento de intervenciones en el ámbito de la salud.
La nueva técnica fue probada en 302 adultos de mediana edad que participaron en el Busselton Healthy Ageing Study en Australia. Aunque este es un primer paso prometedor, los científicos reconocen que el tamaño y la diversidad de la población estudiada son limitados. Por lo tanto, es necesario validar el reloj en cohortes más grandes y diversas antes de que pueda ser adoptado en la práctica clínica.
Este avance en la medición de la edad biológica no solo tiene implicaciones para la investigación médica, sino que también podría transformar la forma en que las personas entienden su salud y envejecimiento. A medida que la ciencia avanza, la posibilidad de vivir una vida más saludable y prolongada se vuelve cada vez más tangible, y herramientas como gtAge podrían ser fundamentales en este proceso. La capacidad de medir con precisión la edad biológica podría permitir a los médicos personalizar tratamientos y recomendaciones de salud, mejorando así la calidad de vida de las personas a medida que envejecen.
