La reciente presentación de la Guía de Buenas Prácticas para la atención a menores migrantes no acompañados marca un hito significativo en la gestión de la migración infantil en España. Esta guía, impulsada por el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, surge como resultado de un esfuerzo colaborativo entre casi 50 entidades sociales, y tiene como objetivo mejorar la calidad del sistema de acogida y establecer un marco de respuesta coordinada a nivel nacional. La presentación de este documento se realizó en el contexto del Día Mundial del Refugiado, lo que añade un simbolismo especial a la iniciativa, resaltando la importancia de la acogida en una comunidad autónoma que ha sido históricamente un punto de llegada para muchos migrantes.
La guía no solo se limita a ser un documento técnico, sino que se presenta como una herramienta práctica que busca avanzar en la atención a menores migrantes. Clavijo enfatizó que este esfuerzo es un compromiso del Gobierno de Canarias para abordar las necesidades de una población vulnerable que, a menudo, enfrenta situaciones de riesgo y desamparo. La guía está diseñada para ser útil no solo en Canarias, sino también en otras comunidades autónomas que puedan recibir menores migrantes, promoviendo así un modelo de traslado solidario entre territorios.
### Buenas Prácticas en la Atención a Menores Migrantes
Uno de los aspectos más destacados de la guía es su enfoque en la implementación de buenas prácticas en diversas áreas críticas. Entre estas se encuentran el acceso al asilo, la atención a menores LGTBIQ+, y la protección de víctimas de trata y violencia de género. La guía aboga por una atención integral que no solo se centre en la acogida física, sino que también incluya el bienestar emocional y psicológico de los menores. Esto se traduce en la necesidad de contar con un acompañamiento jurídico especializado y la formación adecuada para los profesionales que trabajan con estos jóvenes.
Un elemento innovador que se propone en la guía es la creación de unidades móviles de atención psicológica. Estas unidades estarían destinadas a proporcionar apoyo inmediato a los menores que enfrentan situaciones de crisis, asegurando que reciban la atención necesaria en el momento adecuado. Además, se enfatiza la importancia de mejorar el acceso a intérpretes y mediadores culturales, lo que facilitaría la comunicación y la comprensión de las necesidades específicas de cada menor.
La guía también destaca la necesidad de incorporar una perspectiva de género en la atención a menores migrantes, especialmente en el caso de las niñas, quienes a menudo son más vulnerables a diversas formas de violencia durante su proceso migratorio. La atención a la salud mental es otro de los pilares fundamentales, ya que muchos de estos menores han vivido experiencias traumáticas que requieren un enfoque sensible y adaptado a sus contextos culturales.
### Compromiso Político y Ético
Durante la presentación, Francisco Candil, viceconsejero de Bienestar Social, subrayó que esta guía representa un «acto político y ético». A pesar de la falta de respaldo estructural por parte del Estado, el Gobierno de Canarias se compromete a garantizar que los derechos de los menores migrantes sean respetados y protegidos. Candil enfatizó que no se trata de cifras o expedientes, sino de personas con historias de vida complejas y sueños que merecen ser atendidos con dignidad y respeto.
Juan Carlos Lorenzo, coordinador de CEAR en Canarias, también hizo hincapié en la necesidad de establecer un mecanismo permanente y vinculante para la movilidad de menores migrantes no acompañados. Este mecanismo debe basarse en el interés superior del menor y garantizar un tratamiento igualitario de sus derechos, independientemente de su origen o situación migratoria. La guía, que ya está disponible en la web oficial del Gobierno de Canarias, se presenta como una herramienta pionera que busca avanzar hacia un modelo estatal de protección más justo y coordinado, sensible a las realidades de la infancia migrante.
La atención a menores migrantes es un tema que requiere un enfoque multidisciplinario y colaborativo. La Guía de Buenas Prácticas no solo establece un marco de referencia para la atención, sino que también invita a la reflexión sobre cómo se puede mejorar la vida de estos jóvenes en un contexto de creciente migración. La implementación de estas buenas prácticas podría marcar una diferencia significativa en la vida de muchos menores, asegurando que reciban el apoyo y la protección que necesitan para construir un futuro mejor.