La reciente avería tecnológica en Canarias ha generado una crisis significativa que afecta a diversos servicios esenciales y a la operatividad del Gobierno. Esta situación, que se ha calificado como una de las más graves en la historia reciente del archipiélago, ha llevado a la declaración de una «emergencia tecnológica» por parte del Ejecutivo. A continuación, se analizan las repercusiones de esta avería y las medidas adoptadas para mitigar sus efectos.
### La Emergencia Tecnológica y sus Consecuencias
El 24 de junio de 2025, se produjo una caída generalizada en los sistemas telemáticos del Gobierno de Canarias, afectando a 1.253 servidores, lo que representa aproximadamente el 24% de la infraestructura tecnológica de la comunidad. Esta situación obligó a las autoridades a declarar la emergencia tecnológica el 1 de julio, lo que permitió la contratación urgente de recursos para restaurar los sistemas afectados. Desde entonces, la operatividad ha mejorado, alcanzando un 95%, aunque se anticipan caídas puntuales en el servicio.
El portavoz del Gobierno, Alfonso Cabello, ha informado que, a pesar de que los servicios están funcionando con relativa normalidad, la gravedad de la situación implica que todos los servicios esenciales, incluidos los sanitarios, educativos, de justicia y servicios sociales, pueden verse perjudicados. Esto ha generado preocupación entre los ciudadanos, especialmente en lo que respecta al pago de nóminas de los trabajadores públicos, que podría verse comprometido si la situación no se resuelve a tiempo.
Uno de los aspectos más críticos de esta avería es su impacto en la sede electrónica del Gobierno de Canarias. Muchos ciudadanos han encontrado dificultades para presentar trámites, lo que ha generado un aumento en la frustración y la incertidumbre. Además, la incapacidad para gestionar adecuadamente el ‘portafirmas’ ha complicado la administración diaria, lo que podría resultar en recargos o responsabilidades económicas para el Gobierno.
### Efectos en los Servicios Sociales y la Administración Pública
La avería tecnológica ha tenido un impacto directo en los programas de Bienestar Social, que incluyen servicios vitales como la Dependencia y la Renta Canaria de ciudadanía. Estos programas son cruciales para las personas más vulnerables de la sociedad canaria, y cualquier interrupción en su funcionamiento puede tener consecuencias devastadoras para quienes dependen de ellos. La posibilidad de retrasos en los pagos a estas personas es una preocupación constante para las autoridades y los ciudadanos por igual.
Además, la avería ha afectado la actividad judicial en las islas, particularmente el Programa Atlante, que es fundamental para la gestión de casos judiciales. Los problemas en el correo electrónico también han complicado la gestión diaria de más de 90,000 trabajadores públicos, lo que ha llevado a una mayor carga de trabajo y estrés en un momento ya complicado.
La situación también ha dificultado la incorporación de nuevo personal en sectores críticos como Educación y Sanidad, lo que podría tener repercusiones a largo plazo en la calidad de los servicios públicos. La falta de acceso a sistemas remotos, como el VPN, ha limitado la capacidad de los trabajadores para desempeñar sus funciones, lo que ha llevado a una mayor presión sobre los recursos existentes.
El Gobierno de Canarias ha reconocido la gravedad de la situación y está trabajando para restaurar completamente los sistemas afectados. Sin embargo, se estima que el proceso podría llevar meses, lo que plantea serias dudas sobre la capacidad del Ejecutivo para mantener la calidad de los servicios públicos en el corto y mediano plazo.
En resumen, la avería tecnológica en Canarias ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los sistemas públicos y la necesidad de invertir en infraestructura tecnológica robusta y resiliente. La situación actual exige una respuesta rápida y efectiva para garantizar que los servicios esenciales continúen funcionando y que los ciudadanos no se vean perjudicados por esta crisis tecnológica.