El 1 de mayo de 2025, Gustavo Petro, presidente de Colombia, decidió llevar su ambiciosa reforma laboral al Congreso, solicitando que se realice una consulta popular para que los ciudadanos puedan votar sobre 12 preguntas clave relacionadas con esta iniciativa. Durante un discurso en la Plaza Bolívar, Petro utilizó la figura de Simón Bolívar como símbolo de su lucha contra lo que él denomina ‘filibusterismo’ y las estructuras legislativas que favorecen a los poderosos en el país. Esta estrategia busca movilizar a la ciudadanía y presionar al Senado para que apruebe la consulta antes de que finalice su mandato en agosto de 2022.
La reforma laboral que propone el presidente incluye aspectos fundamentales como la reducción de la jornada laboral a ocho horas, la implementación de una paga especial para los días de descanso, licencias médicas para trabajadores y la obligación de las empresas de contratar a personas con discapacidad. Estas medidas buscan mejorar las condiciones laborales y garantizar derechos fundamentales para los trabajadores colombianos.
En su discurso, Petro enfatizó que el Senado tiene un mes para pronunciarse sobre la consulta, advirtiendo que la falta de acción podría llevar a una respuesta más drástica por parte del gobierno. «No somos pendejos», afirmó, dejando claro que cada senador que vote en contra de los derechos laborales será señalado públicamente. Esta declaración refleja la tensión existente entre el ejecutivo y el legislativo, así como la urgencia que siente el presidente por avanzar en su agenda.
La propuesta de consulta popular ha generado un amplio apoyo entre la clase obrera y sectores de la sociedad civil, quienes ven en ella una oportunidad para expresar su voz ante la renuencia del Senado a discutir la reforma. Petro ha logrado el respaldo de su partido, Comunes, y algunos miembros del partido Verde, aunque enfrenta resistencia de senadores de partidos tradicionales como el Liberal, Conservador y Centro Democrático, que han mostrado su desacuerdo con la reforma.
La consulta popular se presenta como una herramienta para que el pueblo se exprese ante lo que el gobierno considera una falta de voluntad política por parte del Congreso. Si el Senado aprueba la consulta, esta podría llevarse a cabo antes del 1 de septiembre de 2025. Sin embargo, si no se logra el consenso, Petro ha dejado claro que está dispuesto a convocar la consulta por decreto, lo que podría desencadenar un conflicto institucional significativo.
En este contexto, la reforma laboral se convierte en un tema central en la agenda política de Colombia. La administración de Petro busca no solo mejorar las condiciones laborales, sino también establecer un precedente sobre la participación ciudadana en la toma de decisiones políticas. La movilización de millones de personas en apoyo a la consulta es un indicativo de que la ciudadanía está dispuesta a involucrarse en el proceso democrático, especialmente en temas que afectan directamente su calidad de vida.
La situación actual en Colombia refleja un momento crítico en la política del país. La relación entre el gobierno y el Senado es tensa, y la capacidad de Petro para implementar su agenda dependerá en gran medida de la respuesta de los legisladores. La reforma laboral no solo es un tema de derechos laborales, sino que también se enmarca en un contexto más amplio de justicia social y equidad en un país que ha enfrentado históricamente desigualdades profundas.
A medida que se acerca la fecha límite para que el Senado se pronuncie, la presión sobre los senadores aumentará. La administración de Petro está decidida a utilizar todas las herramientas a su disposición para garantizar que la voz del pueblo sea escuchada. La consulta popular, en este sentido, se convierte en un símbolo de la lucha por los derechos laborales y la participación democrática en Colombia. La historia reciente del país ha demostrado que los cambios significativos a menudo provienen de la movilización social y la presión popular, y el gobierno de Petro parece estar apostando por esta estrategia en su búsqueda de una reforma laboral integral.