La menor de 17 años que sufrió graves quemaduras en un incendio en La Isleta, Las Palmas de Gran Canaria, ha mostrado una notable mejoría en su estado de salud. Tras ser ingresada en la Unidad de Grandes Quemados del Hospital Virgen del Rocío en Sevilla, la adolescente ha despertado y se encuentra casi sin sedación, lo que representa un avance significativo en su recuperación. Aunque su situación sigue siendo delicada, los médicos han reportado un pronóstico optimista, especialmente después de que se confirmara que las quemaduras afectan a menos del 50% de su cuerpo, en contraste con el 95% que se pensó inicialmente.
El incidente ocurrió en la madrugada del 16 de julio, cuando la menor se encontraba en una vivienda abandonada junto a un joven de 20 años, quien ha sido identificado como el presunto responsable del ataque. Este joven, que llegó a Canarias en patera a principios de junio, ha declarado que el incendio fue un accidente, argumentando que ambos se quedaron dormidos y que colillas de cigarrillos sin apagar provocaron el fuego. Sin embargo, la investigación sigue en curso y se están analizando los detalles del suceso.
La menor, que estaba bajo la tutela del Gobierno de Canarias y residía en el Hogar de Menores Jiribilla en Valsequillo, había abandonado el centro días antes del incidente. Su desaparición fue denunciada por las autoridades, lo que añade un contexto complicado a la situación. La Policía Científica ha encontrado en la vivienda ocupada plásticos, colchones y otros materiales combustibles, pero no se han hallado acelerantes que pudieran haber intensificado el fuego.
### Detalles del Incidente y la Investigación
El incendio que dejó a la menor gravemente herida ha suscitado una serie de preguntas sobre las circunstancias que rodearon el suceso. La vivienda en cuestión era utilizada frecuentemente por jóvenes del área para fumar y socializar, lo que plantea preocupaciones sobre la seguridad de estos espacios abandonados. La Policía ha encontrado evidencias que sugieren que el fuego pudo haberse originado por la combustión de un colchón, aunque también se están considerando otras posibilidades, incluyendo el uso de un acelerante.
El joven acusado, Abarrafia H., se encuentra actualmente en prisión, enfrentando cargos de homicidio en grado de tentativa. La reconstrucción de los hechos, realizada el 26 de julio, busca esclarecer las contradicciones en las declaraciones del acusado y obtener una visión más clara de lo que realmente ocurrió esa noche. Los médicos han indicado que las lesiones de la menor podrían ser compatibles con el uso de un acelerante, lo que añade una capa de complejidad al caso.
La situación de la menor ha captado la atención de la comunidad, que se ha volcado en enviar mensajes de apoyo y solidaridad. La evolución positiva de su salud ha sido recibida con alivio, y muchos esperan que su recuperación continúe avanzando. Las autoridades locales están trabajando para garantizar que se tomen las medidas necesarias para prevenir que incidentes similares ocurran en el futuro, especialmente en lo que respecta a la seguridad de los jóvenes en situaciones vulnerables.
### Reacciones y Apoyo Comunitario
La comunidad de Las Palmas de Gran Canaria ha mostrado un gran interés por el caso, y las redes sociales se han inundado de mensajes de apoyo hacia la menor y su familia. La situación ha generado un debate sobre la seguridad de los espacios abandonados y la necesidad de una mayor vigilancia en áreas donde los jóvenes pueden estar en riesgo. Además, se ha planteado la importancia de ofrecer un entorno seguro y de apoyo para los menores en situación de vulnerabilidad, como es el caso de la menor tutelada por el Gobierno de Canarias.
Las autoridades han reiterado su compromiso de investigar a fondo el caso y de proporcionar el apoyo necesario a la menor y a su familia. La evolución de su estado de salud es un rayo de esperanza en medio de una situación trágica, y muchos en la comunidad están deseando ver un desenlace positivo para ella. La historia de esta joven no solo resalta la fragilidad de la vida, sino también la resiliencia y la capacidad de recuperación que puede surgir incluso en las circunstancias más difíciles. A medida que avanza la investigación, la comunidad permanece atenta, esperando que se haga justicia y que se tomen las medidas adecuadas para proteger a los más vulnerables.