La Red Eléctrica de España (REE) ha tomado medidas decisivas para garantizar la estabilidad del sistema energético nacional, especialmente en momentos críticos. La reciente revisión de su protocolo de respuesta ante situaciones extraordinarias busca reducir el consumo eléctrico de manera urgente, permitiendo que plantas industriales más pequeñas puedan pausar su actividad para evitar desequilibrios entre la producción y la demanda de energía. Esta estrategia es parte de un enfoque más amplio para prevenir apagones y asegurar que el mercado eléctrico mantenga reservas suficientes.
### Modificaciones en el Sistema de Respuesta Activa de la Demanda
El Sistema de Respuesta Activa de la Demanda (SRAD) es un mecanismo clave que permite a la REE gestionar la oferta y la demanda de electricidad. Este sistema se basa en la colaboración con diversas empresas que pueden detener su producción de manera forzada y urgente cuando se detecta un riesgo de desbalance energético. Actualmente, la REE trabaja en la modificación de los requisitos del SRAD para incluir a más empresas, permitiendo que aquellas con una potencia mínima de 0,1 MW se unan para presentar ofertas conjuntas, siempre que la suma total alcance al menos 1 MW.
La última subasta pública para captar empresas dispuestas a realizar estas paradas se llevó a cabo en noviembre del año anterior, donde participaron alrededor de veinte grupos industriales. Estos grupos recibirán una retribución fija de 283 millones de euros, el doble de lo que se asignó en 2024. Además, se añadirán compensaciones adicionales cada vez que se interrumpa la producción, dependiendo del precio de la electricidad en ese momento. En total, se estima que los consumidores españoles habrán pagado aproximadamente 520 millones de euros en tres años para compensar a las fábricas que aceptan detener su actividad.
La REE ha activado este servicio en cinco ocasiones en los últimos dos años, principalmente para hacer frente a paradas inesperadas de centrales nucleares o a una baja aportación de energías renovables. Aunque estas activaciones no han implicado un riesgo real de apagón, la entidad busca reducir el tiempo de respuesta de las fábricas para detener su actividad de 15 a 12,5 minutos, así como acortar la duración máxima de la parada de tres horas a solo dos. Estas modificaciones están en proceso y se espera que entren en vigor en 2026, una vez que la propuesta definitiva sea aprobada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
### Impacto Económico y Futuro del Sistema Energético
El impacto económico de estas medidas es significativo. Los consumidores, a través de sus facturas de electricidad, están contribuyendo a un fondo que compensa a las industrias que participan en el SRAD. Este modelo de compensación es esencial para incentivar la colaboración de las empresas, especialmente en un contexto donde la demanda eléctrica puede superar la oferta en momentos críticos. La REE ha demostrado que, a pesar de los desafíos, es posible mantener un equilibrio en el sistema energético mediante la cooperación entre el sector público y privado.
Además, la REE está explorando nuevas formas de optimizar su funcionamiento. La inclusión de más empresas en el SRAD no solo diversifica las fuentes de reducción de demanda, sino que también permite una respuesta más ágil y efectiva ante situaciones de emergencia. La flexibilidad que ofrecen las pequeñas y medianas empresas puede ser crucial para evitar apagones y garantizar un suministro eléctrico continuo.
La transición hacia un sistema energético más sostenible y resiliente es un objetivo a largo plazo para la REE. La integración de energías renovables y la mejora de la infraestructura eléctrica son pasos necesarios para alcanzar este objetivo. Sin embargo, la gestión de la demanda y la capacidad de respuesta ante situaciones críticas son igualmente importantes para asegurar que el sistema pueda adaptarse a las fluctuaciones del mercado y a las necesidades de los consumidores.
En resumen, las iniciativas de la Red Eléctrica de España para modificar su protocolo de respuesta ante situaciones críticas son un reflejo de su compromiso con la estabilidad del sistema energético. A medida que se implementen estos cambios, se espera que la capacidad de respuesta ante emergencias mejore, lo que beneficiará tanto a las empresas como a los consumidores en general. La colaboración entre la REE y las industrias será fundamental para enfrentar los desafíos futuros y asegurar un suministro eléctrico fiable y sostenible en el país.