La reciente decisión del gabinete de seguridad de Israel, encabezado por el primer ministro Binyamín Netanyahu, de implementar un plan militar para ocupar la ciudad de Gaza ha suscitado un amplio debate y numerosas interrogantes. Este plan, que se ha gestado tras una reunión de diez horas, tiene como objetivo inicial la toma de la ciudad de Gaza, un enclave que alberga a aproximadamente un millón de personas. Sin embargo, el enfoque de Netanyahu va más allá, ya que busca establecer un control total sobre toda la Franja de Gaza, aunque con la intención de no gobernar directamente el territorio.
### Objetivos del Plan Militar
El comunicado emitido por el Gobierno israelí detalla que la estrategia comienza con la ocupación de la ciudad de Gaza, situada en el norte de la Franja. Este movimiento se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio para desmantelar a Hamás, el grupo que actualmente controla la región. Netanyahu ha expresado su deseo de garantizar un «perímetro de seguridad» para Israel, lo que implica un desplazamiento forzado de los habitantes de Gaza hacia el sur antes del 7 de octubre, fecha que marca el segundo aniversario de los ataques de Hamás en Israel.
Uno de los puntos más controvertidos del plan es el desarme de Hamás, una exigencia que el grupo palestino ha rechazado de manera rotunda. Hamás ha insistido en que Israel debe desmilitarizar el territorio, pero hasta ahora, estas demandas no han tenido éxito. La situación se complica aún más con la gestión de los rehenes secuestrados por Hamás durante el ataque del 7 de octubre de 2023. Se estima que aún hay alrededor de 20 rehenes vivos y otros 30 que podrían estar muertos. Las familias de estos rehenes han expresado su preocupación por la falta de negociaciones para un alto el fuego que podría facilitar su liberación, lo que ha generado una creciente oposición hacia la estrategia de Netanyahu.
### La Propuesta de una Administración Civil Alternativa
Un aspecto clave del plan de Netanyahu es la creación de una administración civil alternativa en Gaza, que no esté bajo el control de Hamás ni de la Autoridad Palestina. Sin embargo, el primer ministro no ha especificado quiénes formarían parte de esta nueva administración, limitándose a mencionar que se trataría de «fuerzas árabes» que no representen una amenaza para Israel. Este enfoque ha generado dudas sobre su viabilidad, especialmente considerando la compleja realidad política y social de la Franja de Gaza.
En los últimos meses, se ha discutido la posibilidad de que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) asuma un papel en la gobernanza de Gaza tras el conflicto. Sin embargo, Israel ha dejado claro que no desea que el gobierno de Mahmud Abás esté involucrado en este proceso, lo que plantea interrogantes sobre quién podría asumir el liderazgo en un territorio devastado por la guerra.
La oposición al plan de Netanyahu también proviene del propio Ejército israelí. El jefe del Ejército, Eyal Zamir, ha expresado su desacuerdo con la estrategia de ocupación, sugiriendo en su lugar un enfoque más cauteloso que implicaría rodear las ciudades y realizar incursiones puntuales. Zamir ha advertido que una invasión terrestre podría poner en peligro la vida de los rehenes, una preocupación que ha resonado entre las familias de estos cautivos. A pesar de sus advertencias, el gabinete de seguridad ha decidido seguir adelante con el plan de ocupación, argumentando que la alternativa presentada por Zamir no garantizaría ni la derrota de Hamás ni el regreso de los rehenes.
### Implicaciones Humanitarias
La implementación de este plan militar tiene profundas implicaciones humanitarias para la población de Gaza. La situación ya es crítica, con miles de personas desplazadas y una escasez de recursos básicos. La comunidad internacional ha expresado su preocupación por el impacto que la ocupación militar podría tener en la vida de los civiles, quienes ya enfrentan condiciones extremas debido al conflicto en curso.
La organización Médicos Sin Fronteras ha señalado que los puntos de ayuda humanitaria en Gaza se han convertido en lugares peligrosos, donde la violencia y el caos han prevalecido. La destrucción de cultivos y la exacerbación del hambre entre los gazatíes son solo algunas de las consecuencias de la guerra, que han llevado a un aumento en la desesperación y el sufrimiento de la población civil.
El plan de Netanyahu para Gaza es, sin duda, uno de los más ambiciosos y controvertidos en el contexto del conflicto israelí-palestino. Con objetivos que van desde el desarme de Hamás hasta la creación de una nueva administración civil, el futuro de Gaza pende de un hilo, mientras la comunidad internacional observa con preocupación el desenlace de esta nueva fase del conflicto.