La reciente detención de Francisco Moar, un ex alto mando de la Policía Nacional en Santa Cruz de Tenerife, ha sacudido los cimientos de la seguridad en la región. Moar, quien durante más de 44 años se destacó en diversas unidades, incluyendo la de Drogas y Crimen Organizado, se encuentra ahora en el centro de una investigación por presunta participación en una organización criminal dedicada al tráfico de drogas. Este giro inesperado en su carrera ha dejado a muchos atónitos, especialmente considerando su papel en la lucha contra el crimen en la isla.
### La Caída de un Alto Mando Policial
Francisco Moar fue un nombre respetado en el ámbito policial, conocido por su liderazgo en casos de gran relevancia, como el caso Mediador, que implicó a un exdiputado socialista. Sin embargo, su reputación se ha visto empañada tras ser acusado de formar parte de una red de narcotráfico que operaba en el sur de Tenerife. La investigación, que ha sido liderada por Asuntos Internos y la Fiscalía Anticorrupción, ha revelado que Moar no solo estaba involucrado en actividades delictivas, sino que también se le acusa de cohecho, revelación de secretos y blanqueo de capitales.
La operación que llevó a su detención comenzó en clubes cannábicos, donde se sospecha que Moar y otros miembros de la policía proporcionaban información valiosa a los criminales. La situación se complicó aún más cuando, tras su arresto, la Policía Nacional en La Coruña decidió liberarlo sin informar a la jueza encargada del caso. Esta decisión ha sido calificada como una «grave excepción policial» por expertos legales, quienes consideran que la falta de comunicación con el poder judicial es inaceptable en un caso de tal magnitud.
### Implicaciones de la Investigación
La investigación no solo ha afectado a Moar, sino que también ha llevado a la detención de otras siete personas, incluidos dos mandos policiales. Uno de ellos, un exjefe de la Brigada de Seguridad Ciudadana, y el otro, un subinspector activo, están ahora bajo la lupa de la justicia. La trama se ha extendido a otros individuos, como Jacob Haubbi, presidente de la Asociación de Jóvenes Abogados de Tenerife, quien también fue arrestado por su supuesta conexión con la organización criminal.
El empresario Mohamed Jamil Derbah, un inversor libanés que ha estado en Tenerife desde los años ochenta, es considerado el cabecilla de la red. Se le acusa de gestionar los clubes cannábicos implicados en la investigación, donde se presume que se realizaban actividades ilegales bajo la protección de algunos miembros de la policía. La relación entre estos clubes y la policía ha sido objeto de un intenso escrutinio, especialmente dado que Moar estaba al frente de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado en el momento en que se desarrollaban estas actividades.
La situación se torna aún más compleja cuando se considera que Moar fue apartado del caso Mediador en 2023 debido a presuntas filtraciones de información. Este antecedente ha generado dudas sobre su integridad y su capacidad para actuar de manera imparcial en su rol anterior. La Policía Nacional ha estado bajo presión para aclarar cómo un exjefe de la Policía Judicial pudo verse involucrado en un caso de corrupción tan grave.
### Reacciones y Consecuencias
La decisión de liberar a Moar sin consultar a la jueza ha generado un clima de indignación entre los investigadores y ha puesto en tela de juicio la confianza en las instituciones policiales. La falta de comunicación y la aparente falta de protocolo han llevado a cuestionar la eficacia de la Policía Nacional en la lucha contra la corrupción interna. Las fuentes jurídicas han expresado su preocupación por las implicaciones que esto podría tener en la percepción pública de la policía y su capacidad para manejar casos de corrupción.
A medida que la investigación avanza, se espera que Moar comparezca ante la jueza por videoconferencia, lo que podría arrojar más luz sobre su papel en esta red criminal. La situación es un recordatorio de que incluso aquellos que están encargados de hacer cumplir la ley pueden verse atrapados en la corrupción y el crimen, lo que plantea serias preguntas sobre la integridad de las fuerzas del orden en la región.
El caso de Francisco Moar es un claro ejemplo de cómo la corrupción puede infiltrarse en las instituciones encargadas de proteger a la sociedad. A medida que se desarrollan los acontecimientos, la comunidad espera respuestas y justicia en un caso que ha puesto en jaque la credibilidad de la Policía Nacional en Tenerife.