Mustapha Achquir, un joven artista del Sáhara Occidental, ha recorrido un camino lleno de desafíos para llegar a Gran Canaria. Su travesía, que comenzó hace dos meses, no solo representa una búsqueda de oportunidades en el mundo del arte, sino también una lucha por la vida. A bordo de una patera, Mustapha enfrentó condiciones extremas en el mar, donde su única guía era el deseo de dedicarse a la pintura. «Arriesgué mi vida por el arte», afirma con determinación.
### La Pasión por la Pintura desde la Infancia
Desde los 12 años, Mustapha ha estado inmerso en el mundo del arte. Su fascinación por los colores y la creatividad lo llevó a experimentar con diferentes técnicas, comenzando con bocetos en papel y evolucionando hacia murales en su comunidad. En su tierra natal, Bojador, realizó trabajos en negocios locales y escuelas, donde su talento fue reconocido. Además, su habilidad para crear arte con materiales reciclados, como tapas de botellas y arena, le permitió dejar su huella en el entorno que lo rodeaba.
A pesar de su pasión, las oportunidades para crecer como artista eran limitadas. Para ayudar a su familia, Mustapha combinó su amor por el arte con trabajos como socorrista y pescador. En su papel como monitor de surf, incluso vendió algunas de sus pinturas a turistas, lo que le brindó una pequeña satisfacción económica y la oportunidad de compartir su arte con el mundo.
«Quiero estudiar, mejorar mi técnica y aprender otras», dice Mustapha, quien ahora busca asociaciones en Gran Canaria que le ofrezcan cursos de formación. Desde su llegada, ha pintado dos cuadros en pequeños lienzos: uno que representa su travesía y otro inspirado en el icónico paseo de Las Canteras. La belleza de este nuevo paisaje ha renovado su inspiración, llevándolo a explorar nuevas formas de expresión artística.
### Adaptándose a una Nueva Realidad
En Gran Canaria, Mustapha reside en el centro para migrantes Canarias 50, en La Isleta. Aunque su vida ha cambiado drásticamente, su amor por la pintura sigue siendo su motor. A pesar de no conocer a muchas personas en el archipiélago, ha hecho amigos en el centro y ha recibido apoyo de quienes lo rodean. Con algunos materiales básicos en su mochila, como pinceles y pintura acrílica, continúa creando y compartiendo su arte.
«Me encanta Las Canteras, la gente que pasea por allí y los colores que puedo ver en el cielo», expresa Mustapha. Su entorno actual le ofrece una nueva paleta de colores y formas que lo inspiran a seguir creando. La vida cotidiana, las interacciones con otras personas y la belleza natural de las islas han ampliado su visión artística.
Sin embargo, su situación administrativa sigue siendo un obstáculo. Mustapha tiene una cita con Extranjería para regularizar su estatus y poder trabajar legalmente. Su objetivo es ganar dinero para adquirir mejores materiales que le permitan seguir desarrollando su talento. Aunque su deseo es quedarse en Gran Canaria, no descarta la posibilidad de emigrar a otros lugares de Europa si no encuentra oportunidades para formarse y crecer en el arte.
A través de su perfil en Instagram, Mustapha comparte sus obras con el mundo, y ya ha recibido interés de personas que desean adquirir sus trabajos. Su sueño es realizar una exposición donde pueda mostrar sus creaciones en persona, una experiencia que ya vivió en el Sáhara, donde expuso junto a otros artistas en varias ocasiones.
La historia de Mustapha Achquir es un testimonio de la resiliencia y la pasión por el arte. A pesar de los desafíos que ha enfrentado, su determinación por seguir creando y su deseo de mejorar su técnica lo impulsan a seguir adelante. En un mundo donde las oportunidades son escasas, su historia resuena como un recordatorio de que el arte puede ser un refugio y una forma de expresión poderosa, capaz de superar barreras y conectar a las personas a través de la creatividad.