La relación entre Elon Musk y Donald Trump ha sido un tema candente en la política estadounidense, especialmente desde que Musk decidió apoyar abiertamente al expresidente en su campaña electoral. Este apoyo, que comenzó como un romance político, ha evolucionado rápidamente hacia un conflicto abierto, marcado por declaraciones explosivas y una lucha de egos que ha captado la atención de la opinión pública.
**El Ascenso de una Alianza Inesperada**
El 13 de julio de 2024, tras un atentado fallido en un mitin de Trump en Butler, Pensilvania, Musk hizo su apoyo público al entonces candidato republicano. Este giro hacia la ultraderecha fue notable, dado que Musk había sido un defensor de causas progresistas en el pasado. Desde su adquisición de Twitter, su inclinación política se había vuelto más evidente, y su apoyo a Trump consolidó esta transformación. En un breve lapso, la relación entre ambos se intensificó, con Musk donando cerca de 280 millones de dólares a la campaña de Trump y participando en eventos políticos, incluyendo un mitin en Butler donde lució una gorra de MAGA (Make America Great Again).
La relación alcanzó un nuevo nivel cuando Trump anunció la creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), donde Musk tendría un papel central. Este departamento, aunque no era una agencia formal, tenía la misión de identificar el gasto innecesario y la corrupción en el gobierno. Desde el primer día de la presidencia de Trump, Musk, con su estatus de «empleado especial del gobierno», comenzó a ejercer un poder inusitado, debilitando programas y agencias que regulaban sus propios negocios. Esto generó tensiones con otros miembros del gabinete, pero Trump continuó respaldando a Musk, incluso cuando su influencia comenzó a ser cuestionada.
**El Desenlace de una Relación Tóxica**
A pesar del apoyo inicial de Trump, las tensiones comenzaron a surgir. En abril de 2025, Musk apoyó a un candidato para el Tribunal Supremo de Wisconsin, quien fue derrotado de manera contundente, lo que llevó a Trump a darse cuenta del lastre político que Musk podría representar. En medio de la presión de los accionistas y una caída del 71% en los beneficios de Tesla, Musk anunció que reduciría su tiempo en DOGE, lo que se interpretó como un paso hacia su salida del gobierno.
Las críticas de Musk hacia las políticas económicas de Trump comenzaron a intensificarse. Desde cuestionar la guerra comercial y los aranceles hasta calificar una propuesta de ley presupuestaria como una «abominación repugnante», Musk dejó claro que su apoyo incondicional estaba en entredicho. La situación se tornó aún más tensa cuando Musk sugirió que podría apoyar campañas para derrocar a los congresistas republicanos que votaran a favor de dicha ley.
El punto culminante de esta ruptura se produjo cuando Musk acusó a Trump de estar relacionado con los archivos sobre el depredador sexual Jeffrey Epstein, una afirmación que generó un gran revuelo. Esta acusación, lanzada sin pruebas, fue un golpe devastador en la relación entre ambos, que había sido construida sobre una base de apoyo mutuo y ambiciones compartidas.
La respuesta de Trump fue igualmente contundente. Durante una comparecencia en el Despacho Oval, expresó su decepción por las críticas de Musk, lo que llevó a una serie de intercambios en tiempo real a través de las redes sociales. Este conflicto no solo ha puesto en evidencia la fragilidad de su relación, sino que también ha dejado al descubierto las tensiones internas dentro del partido republicano, donde las lealtades están siendo puestas a prueba.
La historia de Musk y Trump es un claro ejemplo de cómo las alianzas políticas pueden cambiar rápidamente, especialmente en un entorno tan volátil como el actual. Lo que comenzó como un apoyo mutuo se ha transformado en un enfrentamiento que podría tener repercusiones significativas para ambos, tanto en el ámbito político como en el empresarial. La lucha por el poder y la influencia en el escenario político estadounidense continúa, y la relación entre Musk y Trump es solo un capítulo en esta narrativa en constante evolución.