El Templo Masónico de Santa Cruz de Tenerife, un edificio emblemático y único en España, ha reabierto sus puertas al público tras una extensa restauración que duró tres años. Este lugar, que se ha convertido en un centro de interpretación y museo sobre la masonería en Canarias, ofrece a los visitantes la oportunidad de explorar su rica historia y simbología. Desde su inauguración, el templo ha sido un símbolo del pensamiento progresista y republicano en la región, y su reciente rehabilitación marca un hito en la preservación del patrimonio cultural de la ciudad.
### Horarios y Modalidades de Visita
Los interesados en conocer el Templo Masónico pueden visitarlo de martes a domingo, incluyendo festivos, con la excepción de los lunes. Las visitas se organizan de dos maneras: acceso libre y visitas guiadas. Para el acceso libre, los horarios son los siguientes: los martes, jueves y sábados de 12:00 a 18:00 horas; los miércoles y viernes de 11:00 a 17:00 horas; y los domingos y festivos de 11:00 a 14:00 horas. Por otro lado, las visitas guiadas se llevarán a cabo los martes, jueves y sábados de 11:00 a 12:00 horas, y los miércoles y viernes de 17:00 a 18:00 horas. Es importante destacar que para participar en las visitas guiadas es necesario realizar una reserva previa con al menos 48 horas de antelación, lo cual se puede hacer a través de la web oficial de cultura de Santa Cruz o mediante la aplicación móvil #SoyCulturaSC.
El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife también ha facilitado el acceso para personas con movilidad reducida y grupos numerosos, recomendando contactar previamente a través del correo electrónico correspondiente para asegurar una experiencia adecuada.
### Un Viaje a la Historia de la Masonería
El Templo Masónico de Santa Cruz de Tenerife no solo es un edificio, sino un testimonio de la historia social y política de España. Construido entre 1895 y 1902, fue diseñado por el arquitecto Manuel de Cámara y Cruz, y se caracteriza por su impresionante fachada de estilo egiptizante, adornada con esfinges y el icónico ‘ojo que todo lo ve’. Este templo fue la sede de la Logia Añaza, la más importante de Canarias, que reunió a intelectuales y profesionales liberales en un espacio donde se promovían ideas revolucionarias para su época, como la libertad de conciencia, la educación laica y el progreso social.
Durante la Guerra Civil, el templo fue incautado y utilizado por el régimen franquista, lo que le permitió sobrevivir a la destrucción que sufrieron otros edificios masónicos en el país. Sin embargo, cerró sus puertas en 1990, y su futuro quedó en el aire hasta que en 2001 el Ayuntamiento de Santa Cruz lo adquirió por 600.000 euros. En 2007, fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC), lo que subrayó su importancia histórica y cultural.
La reciente restauración, que comenzó en septiembre de 2022, ha sido posible gracias a una inversión de más de tres millones de euros, financiados por el Gobierno central. Este esfuerzo no solo busca preservar el edificio, sino también educar al público sobre la masonería y su impacto en la sociedad canaria y española.
El Templo Masónico de Santa Cruz de Tenerife es el único de su tipo que ha sobrevivido en España y el único en Europa con un estilo de masonería egipcia. Su apertura al público representa una oportunidad única para que los ciudadanos y turistas conozcan un capítulo significativo de la historia de la isla y del país, así como para reflexionar sobre los valores de libertad, igualdad y progreso que promovió la masonería.
La visita al templo no solo es un recorrido por un edificio histórico, sino también una inmersión en un legado cultural que ha influido en la educación y el pensamiento crítico en Canarias. La masonería, a menudo malinterpretada, encuentra en este templo un espacio para ser comprendida y apreciada en su verdadero contexto.
Con la apertura del Templo Masónico, Santa Cruz de Tenerife se posiciona como un destino cultural que invita a la reflexión y al aprendizaje, ofreciendo a sus visitantes una experiencia enriquecedora que va más allá de la simple observación de un monumento. La historia de este templo es un recordatorio de la importancia de preservar y valorar nuestro patrimonio cultural, así como de la necesidad de fomentar el diálogo y la comprensión entre diferentes corrientes de pensamiento.
