La capacidad de los humanos para percibir el entorno ha sido objeto de estudio durante siglos, y un reciente hallazgo ha revelado que poseemos una forma de «tacto remoto» que nos permite detectar objetos sin necesidad de contacto directo. Este fenómeno, que se había observado en ciertas especies de aves playeras, ha sido replicado en un estudio innovador que abre nuevas posibilidades en el campo de la robótica y la inteligencia artificial.
### La Ciencia Detrás del Tacto Remoto
Investigadores de la Universidad Queen Mary y el University College de Londres han llevado a cabo un estudio que desafía la noción tradicional de que el sentido del tacto se basa únicamente en el contacto físico. En este experimento, los participantes fueron capaces de localizar un cubo oculto en una caja de arena, guiando su dedo sobre la superficie sin tocar el objeto directamente. Este proceso se basa en la percepción de desplazamientos sutiles y reflejos mecánicos en el material, lo que permite a los humanos «leer» el entorno de una manera que antes no se había comprendido completamente.
Los resultados del estudio, presentados en la IEEE International Conference on Development and Learning (ICDL) en 2025, muestran que los dedos humanos pueden detectar señales mecánicas reflejadas en la arena con una precisión notable. Los voluntarios lograron una tasa de éxito del 70,7% en la identificación del cubo oculto, mientras que un robot equipado con un sensor táctil y entrenado con redes neuronales LSTM alcanzó solo un 40% de precisión, aunque podía detectar objetos desde distancias ligeramente mayores. Este contraste resalta la sofisticación del sentido humano, que ha evolucionado a lo largo de milenios.
### Implicaciones para la Robótica y la Tecnología
El descubrimiento de esta forma de percepción ha implicaciones significativas para el desarrollo de tecnologías avanzadas. La investigación sugiere que entender cómo los humanos interpretan las ondulaciones y desplazamientos en medios granulares puede inspirar la creación de sensores artificiales más eficientes. Esto podría tener aplicaciones en diversas áreas, desde la asistencia a personas con discapacidades hasta la exploración de suelos en entornos extremos, como el regolito de Marte.
Los autores del estudio enfatizan que este es el primer análisis de tacto remoto en humanos, lo que podría redefinir el concepto de campo receptivo, ampliando la comprensión de cómo nuestros sentidos interactúan con el mundo. La capacidad de detectar objetos ocultos sin contacto directo no solo es fascinante desde un punto de vista científico, sino que también abre la puerta a innovaciones tecnológicas que podrían transformar la forma en que interactuamos con nuestro entorno.
Lorenzo Jamone, uno de los investigadores, destacó la sinergia entre los estudios humanos y robóticos, señalando que los experimentos realizados con humanos guiaron el enfoque de aprendizaje del robot, mientras que el rendimiento del robot proporcionó nuevas perspectivas para interpretar los datos humanos. Esta colaboración entre psicología, robótica e inteligencia artificial es un ejemplo de cómo diferentes disciplinas pueden unirse para generar descubrimientos fundamentales y avances tecnológicos.
El estudio no solo resalta la complejidad del sentido del tacto humano, sino que también plantea preguntas intrigantes sobre la naturaleza de la percepción y cómo podemos aprovechar estos conocimientos para mejorar la tecnología. A medida que avanzamos hacia un futuro donde la inteligencia artificial y la robótica juegan un papel cada vez más importante en nuestras vidas, comprender los mecanismos detrás de nuestra percepción sensorial será crucial para diseñar máquinas que puedan interactuar con el mundo de manera más efectiva y humana.
