La escena del humor en Canarias está viviendo un momento sin precedentes, donde las mujeres han tomado el protagonismo y están redefiniendo lo que significa hacer reír en las islas. En un reciente encuentro en el Santa Catalina Royal Hideaway Hotel de Las Palmas de Gran Canaria, un grupo de destacadas cómicas canarias se reunió para una sesión de fotos que simboliza este cambio. Nueve talentosas humoristas, entre ellas Antonia San Juan, Yanely Hernández y Jessika Rojano, se unieron para celebrar su creciente visibilidad en un ámbito que históricamente ha estado dominado por hombres.
La sesión de fotos, que duró poco más de dos horas, fue un reflejo de la camaradería y el apoyo mutuo que existe entre estas artistas. A pesar de los desafíos logísticos, como horarios complicados y la necesidad de un solo peluquero y maquillador, el ambiente se tornó en un oasis de creatividad y diversión cuando el fotógrafo comenzó a capturar la esencia de cada una de ellas. Este evento no solo fue una oportunidad para mostrar su talento, sino también para resaltar la importancia de la representación femenina en el humor canario.
### La Visibilidad como Motor de Cambio
Jessika Rojano, una de las voces más prominentes de esta nueva ola de comediantes, comparte su perspectiva sobre el estado actual del humor en Canarias. Para ella, la clave no está en el éxito, sino en la visibilidad que han ganado las mujeres en este campo. «Hoy las cómicas tenemos más visibilidad que éxito», afirma. Rojano, que ha recorrido un camino desde su natal Tenerife hasta Barcelona, donde ha logrado un notable reconocimiento, destaca que este cambio es el resultado de un esfuerzo colectivo de aquellas que han trabajado arduamente para abrir puertas en el mundo del humor.
La influencia de movimientos sociales como el #MeToo ha sido fundamental para que las mujeres se sientan empoderadas y capaces de contar sus propias historias. Rojano explica que, aunque se ha avanzado, aún queda mucho por hacer. La comedia, según ella, es un reflejo de la sociedad, y es esencial que las voces femeninas continúen siendo escuchadas.
Sarah Lómore, otra de las cómicas presentes, también enfatiza la importancia de la diversidad en la escena humorística. «Darnos el espacio que merecemos no solo es justo, sino que enriquece la escena», dice Lómore, quien ha ganado popularidad en las redes sociales gracias a su contenido humorístico. Ella señala que, aunque ha habido grandes cómicas en el pasado, su reconocimiento ha sido desproporcionado en comparación con el de sus colegas masculinos. La lucha por la igualdad y la representación sigue siendo un tema candente en la comunidad humorística canaria.
### Nuevas Generaciones y Estilos Innovadores
Jennifer Artiles, una actriz y bailarina que también forma parte de este movimiento, destaca que las mujeres siempre han tenido un papel fuerte en el humor canario, pero que ahora se están abriendo más espacios para nuevas generaciones. «Es emocionante formar parte de esta evolución de la comedia en las islas», comenta Artiles, quien ha encontrado en la improvisación una forma de explorar su faceta cómica. Su enfoque se basa en la autenticidad y la conexión con el público, lo que le permite ofrecer un humor fresco y relevante.
Yanely Hernández, reconocida por sus personajes humorísticos, también comparte su experiencia sobre el crecimiento del humor femenino en Canarias. Ella menciona que el reconocimiento de las cómicas ha sido un proceso gradual, pero que ha sido impulsado por la necesidad de mostrar el talento que existe en las islas. Hernández cree que la diversidad de estilos y registros que aportan las mujeres en la comedia es fundamental para enriquecer la escena y atraer a nuevos públicos.
Romina Vives, fundadora de la compañía Vives Impro, es otra de las figuras clave en este renacer del humor femenino. Con más de veinticinco años de experiencia, Vives ha sido pionera en la improvisación teatral en Canarias. Su estilo irreverente y su capacidad para abordar temas incómodos con humor inteligente la han convertido en una referente en el ámbito. «No necesitamos permiso ni aprobación de nadie», afirma con determinación, resaltando la fuerza y la autenticidad que caracteriza a las humoristas canarias.
Pily Soy Yo, alter ego de Pilar Batista, también se ha sumado a este movimiento, destacando la creciente cantidad de cómicas en Canarias y su capacidad para llenar teatros. Su trayectoria comenzó hace nueve años cuando decidió dejar su trabajo en el ámbito sociosanitario para dedicarse al humor. Pily comparte que el talento de las humoristas canarias es evidente y que cada vez más personas están reconociendo su valía.
La escena del humor en Canarias está en un punto de inflexión, donde las mujeres están tomando el control y redefiniendo lo que significa hacer reír. Con cada actuación, cada monólogo y cada risa compartida, estas cómicas están demostrando que el humor no tiene género y que su voz es esencial en la narrativa cultural de las islas. A medida que continúan abriendo caminos y rompiendo barreras, el futuro del humor canario parece más brillante que nunca.