La reciente aprobación del nuevo Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del Parque Nacional del Teide ha puesto en el centro del debate la necesidad de erradicar a los muflones, una especie considerada invasora que amenaza la biodiversidad única de esta emblemática área natural. Este plan establece un plazo de cinco años para eliminar a estos animales, que fueron introducidos en la isla en la década de 1970, y que han proliferado a expensas de la flora endémica del parque.
### La Amenaza del Muflón en el Teide
El muflón, conocido científicamente como Ovis gmelini musimon, fue traído a Tenerife durante el régimen franquista con el objetivo de fomentar la caza mayor. Desde su llegada, esta especie ha causado estragos en el ecosistema del Teide, donde se alimenta de numerosas plantas endémicas, algunas de las cuales son exclusivas de esta región. Con una dieta que incluye hasta 14 especies de flora endémica, los muflones han sido identificados como uno de los principales factores de riesgo para la conservación de la biodiversidad del parque.
El PRUG, aprobado por el Patronato del Parque Nacional, establece que el Cabildo de Tenerife debe desarrollar un plan específico para la erradicación de los muflones en un plazo no superior a cinco años. Este plan incluye la realización de campañas de caza, que se llevan a cabo dos veces al año, y que en 2025 ya han comenzado. La primera campaña se realizó entre abril y junio, mientras que la segunda se extenderá desde octubre hasta noviembre, con la participación de 47 cuadrillas de cazadores autorizados.
Los cazadores, sin embargo, han expresado su escepticismo respecto a la viabilidad de cumplir con el plazo establecido. Antonio Porras, un cazador experimentado, ha señalado que la erradicación total del muflón en cinco años es una meta poco realista, dado que estos animales son extremadamente esquivos y se mueven por un área extensa de 189 kilómetros cuadrados. Sin un censo actualizado de la población de muflones, es difícil estimar cuántos ejemplares quedan en el parque, aunque se calcula que podrían ser alrededor de 200.
### Estrategias de Caza y Regulaciones
El nuevo PRUG no solo establece un objetivo de erradicación, sino que también introduce una serie de regulaciones para las actividades de caza. Por ejemplo, se prohíbe el uso de munición de plomo y se limita el número de cazadores por cuadrilla a un máximo de 15. Además, se implementarán jornadas de control adicionales para aquellas cuadrillas que logren capturar un mayor número de muflones, incentivando así la eficacia en la caza.
Cada macho abatido contará como un punto, mientras que las hembras valdrán dos puntos, lo que añade un componente competitivo a las campañas de caza. En la temporada anterior, se lograron cazar aproximadamente 150 muflones, lo que demuestra que, aunque se están realizando esfuerzos, la tarea de erradicación es monumental.
El PRUG también contempla la realización de censos semestrales para evaluar la población de muflones y la efectividad de las medidas implementadas. Esto es crucial, ya que la falta de datos precisos sobre la población de muflones dificulta la planificación y ejecución de estrategias de control efectivas.
Además de los muflones, el PRUG menciona otras especies invasoras que también afectan la flora del Teide, como el conejo silvestre, la paloma común y los gatos asilvestrados. La gestión de estas especies es igualmente importante para la conservación del parque, y se deberán utilizar métodos de captura que cumplan con la normativa vigente.
La situación en el Teide es un claro ejemplo de los desafíos que enfrentan los ecosistemas en la actualidad. La introducción de especies no nativas, como el muflón, ha tenido un impacto duradero en la biodiversidad local, y la lucha por restaurar el equilibrio ecológico es un proceso complejo que requiere la colaboración de múltiples actores, desde las autoridades locales hasta los cazadores y la comunidad científica.
El futuro del Parque Nacional del Teide dependerá de la implementación efectiva de este nuevo plan y de la capacidad de las autoridades para adaptarse a los desafíos que surjan en el camino. La erradicación del muflón no solo es una cuestión de conservación, sino también de responsabilidad hacia la rica biodiversidad que caracteriza a este emblemático parque nacional.