La sociedad libanesa ha estado en el centro de la atención internacional durante el mes de mayo de 2025, ya que por primera vez en casi una década, el país se prepara para elegir a sus líderes locales. Este evento electoral, que se ha llevado a cabo en varias fases desde el 4 de mayo, representa un hito significativo en un contexto marcado por crisis económicas, conflictos bélicos y una pandemia global. La situación en el Líbano ha sido extremadamente difícil, y la reciente guerra con Israel ha dejado cicatrices profundas en la población y en la infraestructura del país.
La primera jornada electoral tuvo lugar en la región de Monte Líbano, donde muchos votantes, como Jana Nasr, expresaron su esperanza de que estos comicios marquen el inicio de un cambio positivo. Nasr, quien votó por primera vez, comentó sobre la importancia de este proceso: «Los últimos años han sido increíblemente difíciles, pero ahora tenemos la oportunidad de elegir a nuestros líderes locales». Este sentimiento de renovación se ha visto reflejado en la participación ciudadana, que ha sido notable a pesar de las adversidades.
### Un Contexto de Crisis y Desconfianza
El Líbano ha enfrentado una serie de crisis en los últimos años, incluyendo una de las peores crisis económicas del mundo, que ha llevado a un colapso financiero sin precedentes. Además, la pandemia de COVID-19 y la devastadora explosión en el puerto de Beirut en 2020 han exacerbado la situación. La guerra reciente con Israel, que ha dejado más de 4,000 muertos, ha añadido un nuevo nivel de complejidad a la ya frágil situación del país.
El nuevo gobierno, liderado por el primer ministro Nawaf Salam y el presidente Joseph Aoun, ha asumido el reto de organizar estas elecciones en un ambiente de desconfianza generalizada hacia las instituciones políticas. David Wood, analista del International Crisis Group, señala que la capacidad de llevar a cabo un evento electoral en medio de tantas dificultades es un indicativo de que los nuevos líderes están intentando recuperar la confianza del pueblo. «Es una demostración de que estos líderes ejercen autoridad y son dignos de confianza para dirigir el país», afirma Wood.
Las elecciones municipales son especialmente significativas, ya que se celebran justo un año antes de las elecciones parlamentarias. Este contexto ofrece una oportunidad para que los libaneses expresen sus opiniones sobre el liderazgo local y, potencialmente, influir en el futuro político del país. Sin embargo, la historia reciente de aplazamientos de elecciones debido a razones financieras y conflictos bélicos ha dejado a muchos ciudadanos escépticos sobre la efectividad de este proceso.
### Desafíos y Expectativas de Cambio
A pesar de la esperanza que traen estas elecciones, muchos libaneses, como Jana Nasr, son cautelosos respecto a las expectativas de cambio real. «Siendo realista, no espero una reforma importante ni un cambio radical en las dinámicas de poder, pero sí espero al menos un nivel básico de rendición de cuentas y prestación de servicios», comenta Nasr. Esta perspectiva refleja el deseo de los ciudadanos de ver mejoras tangibles en sus comunidades, especialmente en un momento en que la infraestructura y los servicios básicos han sido gravemente afectados por la guerra y la crisis económica.
La reciente ofensiva militar israelí ha dejado muchas áreas del sur del Líbano y el valle de la Becá en ruinas, lo que ha llevado a un aumento del descontento hacia Hizbulá, el partido político y milicia chií que ha dominado la política local. La falta de candidatos de movimientos de protesta en las elecciones municipales ha sido notable, lo que sugiere que muchos ciudadanos se sienten atrapados en un sistema político que no les representa. Wood menciona que la ausencia de candidatos de oposición en áreas tradicionalmente favorables a Hizbulá indica un clima de miedo y presión que limita la participación política.
El presidente Aoun ha manifestado su optimismo sobre el futuro del Líbano, afirmando que el país avanza con determinación hacia la recuperación a pesar de los desafíos. Sin embargo, muchos ciudadanos, como Nasr, insisten en que las mejoras deben ser visibles y tangibles a nivel local, donde las decisiones impactan directamente en la vida de las personas. La urgencia de abordar las necesidades locales se ha vuelto más evidente en un contexto donde la confianza en el liderazgo central es escasa.
Las elecciones municipales de 2025 en el Líbano no solo representan una oportunidad para elegir líderes locales, sino que también son un reflejo de la resiliencia de un pueblo que ha enfrentado innumerables adversidades. A medida que el país se adentra en esta nueva fase política, la comunidad internacional observa con atención, esperando que el Líbano pueda finalmente encontrar un camino hacia la estabilidad y la prosperidad.