El calentamiento global está provocando cambios significativos en la distribución geográfica de diversas especies de hongos, especialmente del género Aspergillus, que son responsables de infecciones graves en humanos y pérdidas en cultivos. Un estudio reciente ha utilizado modelos predictivos y datos globales de secuenciación para analizar cómo el cambio climático afectará a estos hongos en las próximas décadas, revelando un panorama alarmante para la salud pública y la agricultura.
### Cambios en la Distribución de Aspergillus
El estudio se centra en tres especies de Aspergillus que son particularmente relevantes: Aspergillus fumigatus, Aspergillus flavus y Aspergillus niger. Estas especies no solo son patógenos que afectan a humanos y animales, sino que también son responsables de pérdidas en cultivos debido a su capacidad para contaminar alimentos con micotoxinas. Utilizando datos de metabarcoding de ADN de la base de datos GlobalFungi, los investigadores han podido determinar la distribución actual de estas especies y predecir su idoneidad ambiental futura bajo diferentes escenarios de cambio climático.
Los resultados indican que A. fumigatus, que actualmente se encuentra predominantemente en climas templados del hemisferio norte, podría ver su hábitat desplazado hacia el norte, quedando casi confinado a regiones templadas. Por otro lado, A. flavus y A. niger, que son más comunes en climas cálidos, podrían perder gran parte de su hábitat adecuado en regiones como África y Brasil, mientras que ganarían nuevas áreas en el norte de China, Rusia y partes de Norteamérica. Este desplazamiento geográfico no solo afecta a la ecología de estos hongos, sino que también plantea serios riesgos para la salud humana y la seguridad alimentaria.
### Implicaciones para la Salud y la Agricultura
La investigación también ha analizado la superposición entre los hábitats adecuados para A. flavus y A. niger y las principales áreas de cultivo a nivel mundial. Se prevé una reducción en esta superposición, lo que podría tener un impacto significativo en cultivos esenciales como el maíz y el arroz. Esta disminución se debe principalmente a la pérdida de idoneidad en regiones cálidas, mientras que en el hemisferio norte, la idoneidad podría mantenerse o incluso aumentar.
En términos de salud pública, el estudio ha encontrado una correlación entre la idoneidad ambiental y la prevalencia de aspergilosis invasiva, una enfermedad pulmonar grave causada por esporas de Aspergillus. Aunque se estima que menos personas vivirán en áreas adecuadas para estos hongos hacia 2100, se anticipan cambios geográficos drásticos en la exposición a estas especies. Por ejemplo, se prevé que Europa y Australia experimenten un aumento en la exposición a A. niger y A. flavus, respectivamente, lo que podría alterar el panorama epidemiológico de la aspergilosis.
La investigación subraya la necesidad de una vigilancia proactiva y un enfoque de «Una Sola Salud» para abordar estas amenazas emergentes. Esto implica no solo monitorear la salud humana, sino también considerar la salud animal y ambiental en la lucha contra las infecciones fúngicas. La interconexión entre estos factores es crucial para desarrollar estrategias efectivas que mitiguen el impacto del cambio climático en la salud pública y la agricultura.
El estudio concluye que el cambio climático está remodelando la ecología de Aspergillus, desplazando sus hábitats hacia los polos. Estos cambios no solo amenazan la salud humana, sino que también pueden tener consecuencias devastadoras para la agricultura, lo que resalta la urgencia de abordar el calentamiento global y sus efectos en la biodiversidad y la salud pública. La investigación sobre la distribución geográfica de estos hongos es un paso crucial para entender y mitigar los riesgos asociados con su expansión en un mundo en cambio.