La construcción es uno de los sectores más importantes de la economía mundial, pero también uno de los más contaminantes. Un reciente estudio internacional ha revelado que la huella de carbono del sector de la construcción está en camino de duplicarse para el año 2050, lo que representa una amenaza significativa para los objetivos climáticos establecidos en el Acuerdo de París. Este análisis, que abarca datos desde 1995 hasta 2022, ha sido elaborado por el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA) y publicado en la revista Communications Earth & Environment.
### Emisiones de CO₂ en el Sector de la Construcción
El estudio indica que el sector de la construcción es responsable de aproximadamente un tercio de las emisiones globales de CO₂, un aumento considerable desde el 20% registrado en 1995. Esta tendencia alarmante sugiere que, si no se toman medidas adecuadas, el sector podría superar el presupuesto de carbono anual necesario para mantener el calentamiento global por debajo de los 2 °C entre 2040 y 2050. En 2022, más del 55% de las emisiones de carbono de la industria de la construcción se originaron en la producción de cemento, ladrillos y metales. Por otro lado, el vidrio, los plásticos y otros materiales contribuyeron con un 6%, mientras que el 37% restante provino de actividades relacionadas con el transporte, los servicios y la maquinaria utilizada en las obras.
El investigador Chaohui Li, de la Universidad de Pekín y autor principal del estudio, ha señalado que el crecimiento de las emisiones en el sector de la construcción es un fenómeno preocupante. Las proyecciones indican que, entre 2023 y 2050, las emisiones acumuladas relacionadas con la construcción podrían alcanzar las 440 gigatoneladas de CO₂, lo que consumiría prácticamente todo el presupuesto mundial restante de carbono para limitar el calentamiento a 1,5 °C respecto a los niveles preindustriales.
### La Revolución de Materiales: Hacia una Construcción Sostenible
Ante este panorama desalentador, los investigadores proponen una «revolución de materiales» que implique un cambio radical en la forma en que se construyen los edificios. La idea es sustituir materiales intensivos en carbono, como el hormigón y el acero, por alternativas más sostenibles y de menor huella ambiental. Entre las opciones sugeridas se encuentran la madera estructurada, el bambú y compuestos reciclados, así como el diseño de edificaciones que reduzcan la necesidad de nuevas materias primas.
Este cambio no solo es necesario, sino urgente, especialmente en las economías en desarrollo, donde el crecimiento urbano está impulsado por la construcción de infraestructuras que a menudo utilizan materiales altamente contaminantes. Mientras que en los países de renta alta las emisiones han comenzado a estabilizarse, en las economías emergentes, el uso de materiales biológicos como la madera ha disminuido, lo que agrava aún más la situación.
Los autores del estudio hacen un llamado a las naciones más ricas para que lideren el cambio hacia prácticas de construcción más sostenibles, ofreciendo innovación y regulación que faciliten esta transición. Además, es crucial que los países en desarrollo reciban apoyo financiero y tecnológico para poder avanzar hacia métodos de construcción que reduzcan su huella ambiental.
La construcción sostenible no solo es un imperativo ambiental, sino que también puede ofrecer beneficios económicos y sociales. La adopción de materiales de bajo carbono puede generar nuevos empleos en sectores emergentes y contribuir a la creación de comunidades más resilientes y adaptadas al cambio climático. Sin embargo, para que esto suceda, es fundamental que todos los actores involucrados, desde gobiernos hasta empresas y consumidores, trabajen juntos hacia un objetivo común.
En resumen, el futuro del sector de la construcción depende de nuestra capacidad para innovar y adaptarnos a las exigencias de un mundo que enfrenta una crisis climática. La huella de carbono de la construcción es un desafío que no podemos ignorar, y es responsabilidad de todos contribuir a un cambio significativo que garantice un planeta más saludable para las generaciones venideras.
