La situación de los menores migrantes no acompañados en España ha alcanzado un punto crítico, especialmente en las Islas Canarias, donde se encuentran acogidos aproximadamente 4.400 niños y niñas. Esta semana se inicia un proceso de redistribución de estos menores entre diferentes comunidades autónomas, un paso que busca aliviar la presión sobre el sistema de acogida canario. El Consejo de Ministros se reunirá para aprobar un decreto ley que regulará la capacidad de cada región para acoger a estos menores, así como la financiación necesaria para llevar a cabo los traslados.
### Contexto del Reparto de Menores Migrantes
La llegada de menores migrantes a las costas canarias ha sido un fenómeno creciente en los últimos años, lo que ha llevado a la saturación de los centros de acogida en la región. Este decreto ley es parte de una reforma más amplia del artículo 35 de la ley de extranjería, que establece la obligación de redistribuir a los menores que llegan sin la compañía de un adulto. La situación en Canarias ha sido calificada como una «contingencia migratoria extraordinaria», lo que permite al Estado redistribuir a los menores a otras comunidades que tengan capacidad para acogerlos.
Las comunidades que se han comprometido a recibir a estos menores son Andalucía y Madrid, que acogerán a 677 y 647 niños, respectivamente. Otras regiones, como la Comunidad Valenciana, también participarán en el reparto, aunque Cataluña y Euskadi no recibirán más menores debido a la saturación de sus propios sistemas de acogida. Esta redistribución es vista como una medida necesaria para garantizar que los menores tengan acceso a recursos básicos como educación y atención sanitaria, que se han visto comprometidos en las islas debido al colapso del sistema de acogida.
Sin embargo, el proceso no está exento de controversia. Las comunidades gobernadas por el Partido Popular han manifestado su rechazo a esta medida, argumentando que la responsabilidad de acoger a los menores no debe ser compartida entre regiones. Este conflicto ha llevado a que varias comunidades presenten recursos ante el Tribunal Constitucional, alegando que la reforma invade competencias autonómicas y que no se ha proporcionado la financiación adecuada para llevar a cabo los traslados.
### Desafíos y Reacciones Políticas
La política en torno al reparto de menores migrantes ha estado marcada por la confrontación entre el Partido Popular y el PSOE. Desde el inicio de las negociaciones para la reforma de la ley de extranjería, el PP ha rechazado en varias ocasiones cualquier cambio en la normativa, lo que ha generado un clima de tensión entre las diferentes administraciones. A pesar de que el decreto ha sido convalidado en el Congreso por la mayoría de las fuerzas políticas, la oposición del PP ha sido firme, argumentando que la situación actual no permite una atención digna a los menores que se redistribuirán.
El Govern de Baleares, por su parte, ha solicitado la paralización del reparto de menores, argumentando que su propio sistema de acogida está desbordado y que no podrían garantizar una atención adecuada a los nuevos llegados. Esta petición ha sido vista como un obstáculo para el Gobierno central, que busca implementar una solución estructural a la crisis migratoria que afecta a Canarias y Ceuta.
El Ministerio de Infancia, liderado por Sira Rego, ha defendido la necesidad de esta medida como una forma de gestionar de manera ordenada el drama humanitario que enfrentan las islas. A pesar de las críticas, el Gobierno ha reiterado que el objetivo es garantizar el interés superior de los menores, analizando caso por caso la situación de cada niño o niña que se encuentra en el archipiélago.
Los criterios para la redistribución de los menores se basan en varios factores, como la población de cada comunidad, la renta per cápita y la tasa de desempleo, entre otros. Esta metodología busca asegurar que la carga se distribuya de manera equitativa entre las regiones, aunque la implementación de estos criterios ha sido objeto de debate y controversia.
La situación de los menores migrantes en España es un reflejo de un problema más amplio que afecta a Europa en su conjunto. La llegada de migrantes a través del Mediterráneo ha generado un debate sobre la responsabilidad de los países en la acogida de personas que huyen de situaciones de conflicto y pobreza. En este contexto, el reparto de menores migrantes se convierte en un tema crucial que requiere un enfoque coordinado y solidario entre las diferentes administraciones.