La situación de los menores extranjeros no acompañados en Canarias ha alcanzado niveles alarmantes, lo que ha llevado al Gobierno regional a expresar su preocupación ante el Tribunal Supremo. Con más de 1.000 jóvenes en espera de asilo, solo 93 han sido trasladados a la península, lo que ha sido calificado como un ritmo «insuficiente» por las autoridades canarias. Este artículo explora la problemática actual y las implicaciones que tiene para la comunidad y el sistema de acogida en las islas.
**La Crisis de los Menores Extranjeros No Acompañados**
El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, y su equipo han manifestado su descontento con la gestión del Gobierno de España en relación con los menores extranjeros no acompañados que han solicitado asilo. La situación es crítica, ya que el Tribunal Supremo había ordenado que el Estado asumiera la responsabilidad de estos jóvenes, pero hasta la fecha, el avance ha sido mínimo. La escasa cantidad de traslados ha generado un ambiente de incertidumbre y preocupación entre los funcionarios canarios, quienes ven cómo los derechos de estos menores están siendo vulnerados.
Alfonso Cabello, portavoz del Ejecutivo regional, ha subrayado que muchos de estos jóvenes están cumpliendo la mayoría de edad sin haber recibido el reconocimiento de sus derechos como refugiados. Esto no solo afecta su bienestar emocional y psicológico, sino que también limita su acceso a servicios esenciales como la educación y la atención médica. Actualmente, Canarias alberga a 4.877 niños, niñas y adolescentes en 85 centros de acogida, lo que ha llevado a una situación de hacinamiento que el Gobierno regional considera insostenible.
La falta de un plan claro por parte del Gobierno de España para la derivación de estos menores ha dejado a las autoridades canarias en una posición complicada. La modificación del artículo 35 de la Ley de Extranjería, que establece un procedimiento para la gestión de estos casos, aún no se ha implementado de manera efectiva. Cabello ha señalado que, aunque se han fijado plazos, la situación sigue siendo incierta para aquellos que llegan después de la declaración de contingencia migratoria.
**El Impacto de la Migración en la Comunidad Canaria**
La llegada de menores migrantes a Canarias no solo plantea desafíos logísticos y legales, sino que también tiene un impacto significativo en la comunidad local. La percepción de la migración ha sido objeto de debate en las islas, donde algunos sectores de la población expresan su preocupación por la capacidad de los centros de acogida y la integración de estos jóvenes en la sociedad canaria.
El portavoz del Gobierno ha indicado que, a pesar de que ha habido una disminución en el número de llegadas en comparación con años anteriores, la situación de hacinamiento en los centros de acogida no se ha revertido. La llegada de pateras y cayucos sigue siendo una realidad, especialmente en épocas de calma en el mar, lo que sugiere que la crisis migratoria no ha terminado. La percepción de que la situación ha mejorado puede ser engañosa, ya que el número de llegadas sigue siendo elevado en comparación con años anteriores.
Además, la falta de recursos y la escasa implicación del Estado en la gestión de esta crisis han generado tensiones entre el Gobierno canario y el central. Cabello ha enfatizado que es fundamental que el Estado asuma su responsabilidad y colabore de manera efectiva para garantizar el bienestar de estos menores. La situación actual no solo afecta a los jóvenes migrantes, sino que también repercute en la comunidad canaria, que debe lidiar con las consecuencias de una crisis humanitaria que parece no tener fin.
La gestión de la migración infantil en Canarias es un tema que requiere atención urgente y un enfoque colaborativo entre las autoridades locales y el Gobierno central. La falta de acción efectiva no solo pone en riesgo los derechos de los menores, sino que también afecta la cohesión social en las islas. Es imperativo que se establezcan mecanismos claros y eficientes para abordar esta crisis, garantizando que los derechos de los menores sean respetados y que se les brinde el apoyo necesario para su integración en la sociedad.
En resumen, la situación de los menores extranjeros no acompañados en Canarias es un desafío que requiere una respuesta coordinada y efectiva. La comunidad canaria, junto con las autoridades, debe trabajar en conjunto para encontrar soluciones que no solo beneficien a los jóvenes migrantes, sino que también fortalezcan el tejido social de las islas. La migración es un fenómeno complejo que necesita ser abordado con empatía y responsabilidad, asegurando que todos los involucrados tengan la oportunidad de prosperar en un entorno seguro y acogedor.