El Archipiélago Canario, conocido por su clima templado y sus paisajes paradisíacos, está experimentando un cambio significativo en sus patrones climáticos. En particular, las noches tropicales, aquellas en las que la temperatura mínima no desciende de los 20 °C, se han duplicado en la última década. Este fenómeno, que afecta a la calidad de vida de los residentes y visitantes, ha sido documentado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) a través de datos recopilados entre 2014 y 2025.
**Un Aumento Notable en las Noches Tropicales**
Los datos de Aemet revelan que en julio de 2025 se registraron un total de 1.409 noches tropicales en las estaciones meteorológicas de Canarias. Esto representa un 43,70% de los días del mes, lo que equivale a una media de 13,55 noches tropicales por estación. Comparado con 2014, cuando solo se contabilizaron 836 noches tropicales, el aumento es notable. En aquel entonces, apenas el 61% de las estaciones registraron este fenómeno, mientras que en la actualidad, más del 96% de las estaciones lo reportan.
Las estaciones meteorológicas en el Archipiélago, que incluyen ubicaciones como el Aeropuerto de Gran Canaria y La Graciosa, han mostrado un incremento constante en las noches tropicales. En 2020, se alcanzó un pico con 1.869 noches tropicales, lo que representa una media de 14,16 noches al mes. Este aumento no solo se limita a julio; agosto también ha mostrado cifras alarmantes. En 2023, se registraron 2.555 noches tropicales, lo que significa que más de la mitad de las noches del mes fueron calurosas.
**Impacto en la Salud y el Bienestar**
El incremento de las noches tropicales no es solo un dato meteorológico; tiene repercusiones directas en la salud pública y el bienestar de los habitantes de las islas. Las altas temperaturas nocturnas afectan el confort térmico y la calidad del sueño, lo que puede tener efectos adversos en la salud, especialmente en poblaciones vulnerables como ancianos y personas con enfermedades preexistentes. La falta de un descanso adecuado puede llevar a un aumento en problemas de salud mental y física, así como a un incremento en la fatiga y el estrés.
Además, el aumento de las noches tropicales está relacionado con un mayor consumo energético. Con temperaturas que no permiten un descanso reparador, muchos residentes recurren a ventiladores y aires acondicionados para mitigar el calor, lo que a su vez incrementa la demanda de energía. Este aumento en el consumo energético puede tener un impacto significativo en la economía local y en el medio ambiente, contribuyendo a un ciclo de consumo que podría exacerbar aún más el cambio climático.
El cambio en el clima de Canarias, evidenciado por el aumento de noches tropicales, también plantea desafíos para la infraestructura y los servicios públicos. Las olas de calor más intensas y prolongadas requieren una adaptación en la planificación urbana y en la gestión de recursos. Las autoridades locales deben considerar estrategias para mejorar la resiliencia de las comunidades ante estos cambios climáticos, incluyendo la implementación de espacios verdes que puedan ayudar a mitigar el calor y la promoción de prácticas sostenibles que reduzcan el consumo energético.
En resumen, el fenómeno de las noches tropicales en Canarias no solo es un indicador del cambio climático, sino que también representa un desafío multifacético que afecta la salud, el bienestar y la economía de la región. La necesidad de una respuesta coordinada y efectiva es más urgente que nunca, ya que las islas se enfrentan a un futuro donde el calor y las noches tropicales podrían convertirse en la norma en lugar de la excepción.