El fenómeno del juego de azar ha tomado un giro alarmante en Canarias, especialmente entre la población juvenil. Un reciente estudio de la Fundación Adsis ha revelado que un 15,9% de los adolescentes y jóvenes canarios, con edades comprendidas entre los 9 y 20 años, admiten tener problemas relacionados con las apuestas deportivas. Este problema es más pronunciado en el grupo de edad de 13 a 16 años, lo que plantea serias preocupaciones sobre la salud mental y el bienestar de los jóvenes en la región.
### La Normalización del Juego como Ocio
El estudio destaca que la adicción al juego online está en aumento, y se observa una predominancia masculina, con un 63,7% de los casos detectados en varones. Este fenómeno no solo se limita a las apuestas deportivas, sino que también se extiende a otros tipos de juegos de azar, que se han normalizado como una forma de ocio entre los adolescentes. La facilidad de acceso a plataformas de juego a través de dispositivos móviles ha contribuido a esta situación, ya que muchos menores pueden jugar sin restricciones de edad.
Los comportamientos adictivos asociados al juego incluyen sentimientos de culpa, fracasos en intentos de dejar de jugar y, en casos extremos, el robo de dinero para seguir apostando o pagar deudas. La falta de regulación en portales internacionales y la ausencia de controles efectivos han facilitado que los jóvenes accedan a estos juegos sin supervisión parental. Desde 2020, los indicadores de adicción han mostrado un crecimiento constante, lo que ha llevado a la Fundación Adsis a solicitar una respuesta urgente de salud pública que aborde la prevención, el control de acceso y la supervisión parental.
### La Expansión de Salones de Apuestas en Barrios Vulnerables
Paralelamente al auge del juego online, se ha observado un incremento en el número de casas de apuestas en barrios populares de Las Palmas de Gran Canaria. El partido Drago Canarias ha alertado sobre esta situación, señalando que en zonas como Tamaraceite, una de las más afectadas por la precariedad, ya operan hasta seis salones de juego. Esta proliferación de locales de apuestas se considera alarmante, y los representantes del partido han expresado su preocupación por el impacto que esto tiene en la comunidad.
Mar Domínguez, portavoz de Drago en la ciudad, ha declarado que «o las empresas se están saltando la legislación o la legislación es insuficiente, pero lo que es seguro es que esta situación es insostenible». La concentración de salones de apuestas en barrios vulnerables no es casualidad; se ha identificado que un 33,8% de la población canaria está en riesgo de pobreza, lo que crea un entorno propicio para la expansión de estos negocios. La formación política ha denunciado que la proliferación de salones de apuestas contribuye al deterioro del entorno y agrava los problemas de salud mental en la comunidad.
### Marco Legal y Desafíos en la Regulación
Canarias cuenta con una Ley de Juegos y Apuestas que establece requisitos como una distancia mínima de 200 metros entre salones y de 300 metros respecto a centros educativos o de atención a menores. Además, se requiere un control obligatorio de acceso y registros de operadores. Sin embargo, entre 2020 y 2023, se implementó una suspensión de nuevas aperturas, que según Drago, no ha logrado frenar la expansión de estos locales.
En 2023, se actualizó el marco legal con nuevas exigencias, pero desde el colectivo se asegura que la aplicación práctica de estas regulaciones es débil y no está siendo suficiente para abordar la problemática del juego entre los jóvenes. La falta de una supervisión efectiva y la escasa implementación de las normativas existentes han permitido que el problema persista y se agrave.
### La Necesidad de una Respuesta Integral
La situación del juego entre los jóvenes en Canarias requiere una respuesta integral que involucre a diversas partes interesadas, incluyendo el gobierno, las instituciones educativas y las familias. Es fundamental implementar programas de prevención que eduquen a los jóvenes sobre los riesgos asociados al juego y fomentar un entorno de apoyo que les permita abordar sus problemas de manera efectiva.
Además, es crucial que se refuercen las regulaciones existentes y se establezcan mecanismos de control más estrictos para limitar el acceso de los menores a los juegos de azar. La colaboración entre las autoridades y las comunidades es esencial para crear un entorno más seguro y saludable para los jóvenes canarios, donde el juego no se convierta en una forma de ocio normalizada, sino en una actividad regulada y controlada.