La reciente propuesta de paz para Gaza, anunciada por Donald Trump y Benjamin Netanyahu, ha generado un intenso debate dentro del Gobierno español. Mientras el presidente Pedro Sánchez ha expresado su apoyo a la iniciativa, los ministros de Sumar, liderados por Yolanda Díaz, han manifestado su rechazo, calificando el acuerdo como una «imposición» que podría transformar a Palestina en un «protectorado de Washington». Esta situación ha puesto de manifiesto las diferencias ideológicas y estratégicas que existen en el seno del Ejecutivo español respecto a la política exterior y la resolución del conflicto en Oriente Medio.
Las críticas de los ministros de Sumar se centran en la falta de consideración hacia la población palestina y sus instituciones. En un comunicado, han señalado que el plan perpetúa el desequilibrio en la región y legitima la impunidad de Israel, que ha sido acusado de genocidio en los últimos años. Según Díaz, el acuerdo ignora las necesidades y derechos del pueblo palestino, lo que representa un grave error en la búsqueda de una solución pacífica y duradera.
### La Visión de Yolanda Díaz y Sumar
Yolanda Díaz ha sido clara en sus declaraciones, cuestionando la legitimidad del plan propuesto. Ha descrito el acuerdo como un «ultimátum disfrazado» que no ofrece garantías para el pueblo palestino. En su opinión, la paz no puede imponerse desde el exterior, sino que debe surgir de un proceso inclusivo que respete el derecho a la autodeterminación de los pueblos. Díaz ha propuesto tres pasos esenciales para avanzar hacia una solución justa: un alto el fuego inmediato, la entrada masiva de ayuda humanitaria bajo el mandato de Naciones Unidas, y un calendario claro hacia el reconocimiento de Palestina como un Estado soberano.
La vicepresidenta ha enfatizado que Europa no debe legitimar un acuerdo que excluye a los palestinos y que solo busca consolidar la impunidad de Israel. En sus palabras, «la paz no se impone»; debe ser el resultado de un diálogo genuino y respetuoso entre las partes involucradas. Esta postura ha resonado con muchos que abogan por una solución justa y equitativa al conflicto, destacando la necesidad de un enfoque que priorice los derechos humanos y la justicia social.
### La Respuesta de Pedro Sánchez y el Gobierno
Por otro lado, Pedro Sánchez ha celebrado la propuesta de paz, destacando la importancia de poner fin al sufrimiento en la región. En sus declaraciones, ha manifestado que España apoya el plan impulsado por Estados Unidos, argumentando que es un paso hacia la paz y la seguridad en Oriente Medio. Sánchez ha reiterado su compromiso con la solución de dos Estados, donde Israel y Palestina puedan coexistir en paz y seguridad.
Desde La Moncloa, se ha subrayado la esperanza que genera el plan en términos de lograr un alto el fuego permanente y la liberación de rehenes. Sin embargo, esta postura ha sido criticada por los ministros de Sumar, quienes consideran que el acuerdo no aborda las causas profundas del conflicto y podría perpetuar la violencia y la ocupación.
La división en el Gobierno español refleja una tensión más amplia en la política internacional sobre cómo abordar el conflicto israelo-palestino. Mientras algunos líderes abogan por un enfoque que priorice la seguridad y la estabilidad, otros insisten en la necesidad de un cambio radical que reconozca los derechos de los palestinos y busque una solución justa.
La situación en Gaza sigue siendo crítica, con un acceso limitado a la ayuda humanitaria y un alto nivel de violencia. La comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan estos acontecimientos, esperando que se logre un consenso que permita avanzar hacia una paz duradera en la región. La división en el Gobierno español es un reflejo de las complejidades y desafíos que enfrenta la política exterior en un contexto tan delicado como el de Oriente Medio.