La IV Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de Naciones Unidas, celebrada en Sevilla, ha puesto de manifiesto la creciente preocupación por la reducción de la ayuda internacional y sus devastadoras consecuencias. En un contexto donde la cooperación entre países ricos y en desarrollo se encuentra en crisis, líderes mundiales se reunieron para discutir soluciones a los desafíos económicos y sociales que enfrentan las naciones más vulnerables. La cumbre, que tuvo lugar el 30 de junio de 2025, se vio marcada por la notable ausencia de varios líderes clave, lo que ha generado un debate sobre el compromiso real de las potencias mundiales con la financiación del desarrollo.
**La Crisis de la Ayuda Internacional**
El impacto de las decisiones políticas en Estados Unidos ha sido devastador para la ayuda internacional. Desde que la administración de Donald Trump tomó medidas drásticas para recortar el presupuesto de USAID, se estima que se han perdido alrededor de 50.000 millones de euros en ayuda destinada a programas vitales, como la lucha contra el VIH y la malaria. Este recorte ha llevado a organizaciones como UNICEF y la OMS a entrar en pánico, obligándolas a recortar sus operaciones y a planificar estrategias para mitigar el daño. La situación se ha agravado con la reducción de contribuciones por parte de otros países donantes, como Alemania, Reino Unido y Francia, lo que ha llevado a la OCDE a prever un desplome histórico en la ayuda al desarrollo, con un descenso estimado entre el 9% y el 17% en 2025.
La ONU ha advertido que este desplome podría resultar en la muerte de aproximadamente 14 millones de personas, tanto directa como indirectamente. En este contexto, la cumbre de Sevilla se presentó como una oportunidad para abordar estos problemas, pero la falta de interés de los países ricos fue evidente. Solo Francia, representada por Emmanuel Macron, envió a su jefe de Estado, mientras que otros países avanzados optaron por enviar delegaciones de menor rango, lo que ha suscitado críticas sobre el compromiso de la comunidad internacional con la financiación del desarrollo.
**Reestructuración de Deudas y Nuevas Iniciativas**
Uno de los temas centrales de la cumbre fue la necesidad de reestructurar las deudas de los países en desarrollo. Muchos de estos países se encuentran atrapados en un ciclo de pobreza perpetuado por deudas insostenibles. Según el secretario general de la ONU, António Guterres, el actual sistema de financiación, que se basa en préstamos con intereses altos, crea una «trampa que perpetúa la pobreza». Durante la cumbre, se discutieron mecanismos para aliviar la carga de la deuda y mejorar la sostenibilidad fiscal de los países en desarrollo.
El Compromiso de Sevilla, la declaración final de la cumbre, incluye propuestas para movilizar recursos y aumentar la capacidad fiscal de estos países. Se estableció la Plataforma de Acción de Sevilla, que busca implementar 130 proyectos concretos, incluyendo un mecanismo para la cancelación de deuda en proyectos de inversión sostenible y la suspensión temporal de pagos en caso de crisis alimentarias o sanitarias. Estas iniciativas son un paso hacia la creación de un sistema más justo y equitativo que permita a los países en desarrollo salir de la trampa de la deuda.
A pesar de estos esfuerzos, la financiación necesaria para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) sigue siendo un desafío monumental. Se estima que se requieren cuatro billones de euros adicionales anuales en los próximos cinco años para cumplir con estos objetivos. Sin embargo, muchos de los países que han recortado su ayuda al desarrollo son los mismos que han aumentado su gasto en defensa, lo que refleja una falta de voluntad política para priorizar la cooperación internacional.
La cumbre también abordó la necesidad de invertir en sistemas de salud global, especialmente en el contexto de enfermedades contagiosas que no conocen fronteras. Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, destacó que «ningún virus se detiene en la aduana», subrayando la importancia de financiar adecuadamente los sistemas de salud en los países más desfavorecidos. España anunció una inversión de 370 millones de dólares para aumentar la cobertura de salud universal, en colaboración con la OMS.
**El Futuro del Multilateralismo**
A pesar de los desafíos, la cumbre de Sevilla representa un esfuerzo significativo para mantener el multilateralismo en un momento en que las tensiones geopolíticas están en aumento. La participación de líderes de todo el mundo en la cumbre es vista como un paso positivo hacia la cooperación internacional, aunque el camino por delante es incierto. La declaración final reafirma el compromiso de los países firmantes de mantener abiertos los foros multilaterales y de incluir a las naciones más vulnerables en el proceso de toma de decisiones.
Sin embargo, las organizaciones sociales han expresado su preocupación por la falta de medidas concretas en la declaración final, como la creación de una convención específica para la cooperación internacional y otra para la deuda. A medida que el mundo enfrenta desafíos cada vez mayores, la necesidad de un enfoque coordinado y efectivo para la financiación del desarrollo se vuelve más urgente que nunca. La cumbre de Sevilla ha sido un recordatorio de que, aunque el camino hacia un futuro más justo y equitativo es complejo, la cooperación internacional sigue siendo la clave para abordar los problemas globales que afectan a millones de personas en todo el mundo.