La educación en Canarias enfrenta un reto significativo en la próxima década, ya que se prevé que más del 50% del profesorado se jubilará en los próximos cinco años. Esta situación, alertada por el presidente de ANPE Canarias, Pedro Crespo, se ve agravada por el envejecimiento de las plantillas y la falta de incentivos para atraer nuevos docentes. La UNESCO ha señalado que a nivel mundial se necesitarán 44 millones de profesores en las próximas décadas, lo que incluye 4,8 millones solo en Europa y Norteamérica. Este escenario plantea un desafío crítico para el Archipiélago, que debe actuar rápidamente para evitar un déficit de docentes.
La falta de personal docente en Canarias no solo se debe a las jubilaciones, sino también a la escasez de interinos en ciertas especialidades. A pesar de que no hay falta de opositores en general, hay áreas específicas donde es difícil cubrir vacantes, lo que obliga a las autoridades educativas a recurrir a profesionales de otras comunidades autónomas. Esta situación se complica aún más por la necesidad de reducir las ratios de alumnado por aula, lo que requiere la contratación de más profesores. Crespo enfatiza que la personalización de la enseñanza es esencial y que, para lograrlo, se necesita un aumento en el número de docentes.
Otro factor que contribuye a la crisis del profesorado en Canarias es el acceso limitado al máster de formación del profesorado, que es obligatorio para enseñar en Secundaria. Las universidades públicas de la región ofrecen pocas plazas, lo que obliga a muchos egresados a buscar formación en instituciones privadas, a menudo incurriendo en deudas. Esta falta de acceso a la formación adecuada se traduce en un déficit de docentes calificados, lo que agrava aún más la situación.
Además, los bajos salarios de los docentes en Canarias son un factor disuasorio para los jóvenes que consideran la carrera docente. Según Crespo, los profesores son los empleados públicos peor pagados en comparación con otros sectores, lo que lleva a muchos a optar por empleos en la empresa privada. Esta fuga de talento es preocupante, ya que se pierde la vocación y el compromiso que muchos jóvenes tienen hacia la educación. Para revertir esta tendencia, ANPE reclama mejoras salariales y campañas que promuevan el prestigio de la profesión docente.
La inestabilidad legislativa también afecta negativamente al sistema educativo en Canarias. Cada cambio de gobierno conlleva modificaciones en la ley educativa, lo que dificulta la implementación de un currículo coherente y efectivo. Esta falta de continuidad desmotiva a los docentes y puede impactar en los resultados educativos. A pesar de que la Ley Canaria de Educación establece un gasto mínimo del 5% del PIB en educación, este objetivo no se ha cumplido en los últimos años. Con un crecimiento económico previsto y un aumento del gasto público, es crucial que se destinen los recursos necesarios para alcanzar este porcentaje y mejorar la calidad educativa.
Por último, ANPE subraya la necesidad de reformar el acceso a la función docente. Las oposiciones deben actualizarse y la formación inicial de los futuros docentes debe ser más rigurosa. Los temarios actuales están obsoletos, y el máster de educación no es suficiente para preparar a los estudiantes para la realidad del aula. Desde el grado, los futuros educadores deberían cursar créditos orientados a la docencia para asegurarse de que llegan a las aulas con la preparación adecuada. Esta reforma es esencial para garantizar un futuro educativo sólido en Canarias, donde la calidad de la enseñanza es fundamental para el desarrollo de la sociedad.
La situación del profesorado en Canarias es un reflejo de un problema más amplio que afecta a la educación en todo el mundo. Con un enfoque en la mejora de las condiciones laborales, la formación adecuada y la estabilidad legislativa, es posible abordar estos desafíos y garantizar un futuro educativo brillante para las próximas generaciones en el Archipiélago.