La organización ecologista Greenpeace ha puesto en el centro de la controversia el proyecto turístico Cuna del Alma, ubicado en Adeje, Tenerife. Este desarrollo, que incluye la construcción de 420 viviendas de lujo, ha sido catalogado como uno de los 12 proyectos más amenazantes para la biodiversidad en España, según el informe titulado ‘Los otros Altri’. Este documento destaca cómo las corporaciones, con la complicidad de las administraciones, están llevando a cabo actuaciones que ponen en riesgo el medio ambiente y la riqueza biológica del país.
### Impacto Ambiental del Proyecto
El proyecto Cuna del Alma no solo se limita a la construcción de viviendas, sino que también contempla la creación de infraestructuras complementarias como restaurantes, un spa, un club infantil y una granja de 20,000 m². La magnitud de esta obra es considerable, ocupando más de 400,000 m² en una zona costera de El Puertito de Adeje. Greenpeace advierte que esta actuación pone en peligro una Zona Especial de Conservación de la Red Natura 2000, así como varias especies amenazadas, incluyendo la viborina triste, una planta de protección especial en Canarias.
El informe de Greenpeace señala que el proyecto ha sido respaldado por el Ayuntamiento de Adeje, que ha otorgado las licencias urbanísticas necesarias, y cuenta con una postura favorable del Cabildo de Tenerife. Aunque no se han encontrado ayudas públicas directas, la organización ecologista denuncia que ha habido facilidades administrativas que han permitido el avance del proyecto a pesar de las protestas y los procesos legales en curso por daños ecológicos y arqueológicos.
### Reacciones y Protestas
La oposición al proyecto Cuna del Alma ha sido significativa, con numerosas protestas que han surgido en respuesta a las preocupaciones sobre su impacto ambiental. Los detractores del proyecto argumentan que la construcción no solo afectará a la biodiversidad local, sino que también tendrá repercusiones en la economía local. Se teme que la llegada de un desarrollo turístico de gran escala desplace actividades económicas tradicionales, como la pesca artesanal y la agricultura, que son vitales para la comunidad local.
Además, Greenpeace ha señalado que la construcción y operación del complejo turístico podrían provocar contaminación y alteración de los recursos marinos, así como un riesgo de vertidos y emisiones que afectarían a la calidad del agua en la región. La organización también ha expresado su preocupación por la posible destrucción de yacimientos arqueológicos de la cultura guanche, lo que añade una dimensión cultural a la controversia.
El informe de Greenpeace no se limita a Cuna del Alma, sino que incluye otros 11 proyectos en toda España que, según la organización, ejemplifican un modelo de desarrollo insostenible. Entre estos se encuentran la ampliación del Museo Guggenheim en Bizkaia, la ampliación de una macrogranja en Navarra, y la construcción de un clúster eólico en Teruel, todos ellos con potenciales impactos negativos en la biodiversidad y el medio ambiente.
### Un Llamado a la Acción
Greenpeace ha hecho un llamado urgente a las administraciones públicas para que revisen los procedimientos de evaluación ambiental y apliquen de manera efectiva la normativa europea de protección de la biodiversidad. La organización sostiene que las actuaciones analizadas comparten un mismo modelo de desarrollo que prioriza el beneficio económico a corto plazo sobre la sostenibilidad a largo plazo.
El caso de Cuna del Alma es un claro ejemplo de cómo los intereses económicos pueden entrar en conflicto con la necesidad de proteger el medio ambiente. La presión de las corporaciones y la permisividad de las administraciones han llevado a una situación en la que la biodiversidad se ve amenazada, lo que podría tener consecuencias devastadoras para el ecosistema local y la comunidad que depende de él.
En un momento en que la crisis climática y la pérdida de biodiversidad son temas de creciente preocupación a nivel global, el caso de Cuna del Alma resalta la necesidad de un cambio en la forma en que se gestionan los proyectos de desarrollo. La sostenibilidad no puede ser solo un discurso; debe ser una práctica real y efectiva que priorice la salud del planeta y el bienestar de las comunidades locales por encima de los beneficios económicos inmediatos.