La situación actual de la red eléctrica en España es alarmante. Según un reciente informe de la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (Aelec), el 83,4% de los nudos de la red de distribución está saturado, lo que ha llevado a un colapso sin precedentes en la capacidad de conexión para nuevos proyectos. Este problema no solo afecta a la infraestructura eléctrica, sino que también tiene repercusiones significativas en la economía nacional, con una pérdida de inversiones estimada en 60.000 millones de euros debido a la incapacidad de atender la demanda eléctrica solicitada.
La saturación de la red se ha convertido en un cuello de botella que impide que cientos de proyectos, especialmente en sectores como la industria electrointensiva y los centros de datos, puedan conectarse al sistema eléctrico. En 2024, se solicitaron 67 gigavatios (GW) de acceso a la red, de los cuales casi la mitad fueron rechazados por falta de capacidad. Solo se concedió una décima parte de la demanda, lo que ha llevado a un aumento en la proporción de solicitudes denegadas, que ha alcanzado casi el 50% en comparación con el 35% del año anterior.
La situación se complica aún más por el hecho de que hasta ahora, las empresas energéticas no estaban obligadas a publicar la situación de los puntos de conexión de la red eléctrica que gestionan. Esto dificultaba a las empresas conocer la capacidad disponible en cada comunidad para conectarse y también al regulador para entender la saturación real de la red. Sin embargo, la reciente homogeneización de la información ha permitido obtener conclusiones más claras sobre la disponibilidad de capacidad en diferentes regiones. Mientras que el centro y el este de España, así como el País Vasco, presentan más oportunidades, regiones como Castilla-La Mancha, Andalucía, Extremadura y Aragón apenas tienen puntos que admitan nuevos suministros.
La falta de capacidad en la red eléctrica no solo afecta a los nuevos proyectos, sino que también tiene un impacto directo en la competitividad de España como destino de inversión. El país ha sido considerado atractivo para la inversión en energías renovables y otros sectores debido a sus precios competitivos de energía. Sin embargo, la incapacidad para conectar nuevos proyectos a la red puede desincentivar a los inversores, que buscan un entorno estable y predecible para sus inversiones. La industria electrointensiva, los centros de datos y los promotores inmobiliarios son los más perjudicados por esta situación, ya que dependen en gran medida de un suministro eléctrico fiable y accesible.
Por otro lado, el Ministerio de Transición Ecológica ha defendido que desde 2020 se ha otorgado acceso a la red a peticiones suficientes para doblar la demanda nacional. Según sus datos, se han concedido 43 GW de capacidad para nuevas demandas de energía, incluyendo proyectos de centros de procesamiento de datos, industriales, urbanísticos, hidrógeno y recarga de vehículos eléctricos. Sin embargo, la realidad en el terreno muestra que la saturación de la red sigue siendo un problema crítico que necesita ser abordado con urgencia.
La situación se ha vuelto aún más tensa debido a la reciente discusión sobre la tasa de retribución de las redes eléctricas. El Ministerio ha instado a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a mejorar la retribución que reciben las empresas distribuidoras por invertir en la infraestructura eléctrica. La propuesta de aumentar la tasa del 5,58% actual al 6,46% para el periodo 2026-2031 ha sido considerada insuficiente por el sector, que argumenta que esta retribución está muy por debajo de la de otros países europeos. Las empresas energéticas han expresado su preocupación por la falta de un modelo retributivo coherente y estable que asegure la recuperación de las inversiones necesarias para incrementar la capacidad de la red.
La CNMC se encuentra actualmente evaluando las aportaciones recibidas sobre el borrador de la norma que regulará la retribución de las redes eléctricas. Se espera que la norma se apruebe en el último trimestre del año, lo que podría tener un impacto significativo en la capacidad de la red y en la inversión en el sector eléctrico. Sin embargo, la incertidumbre sobre la retribución y la saturación de la red continúan siendo temas candentes que requieren atención inmediata para evitar un mayor colapso en el sistema eléctrico español.