La reciente propuesta de España para regular productos relacionados con el tabaco ha generado una fuerte reacción entre varios países de la Unión Europea. Italia, Suecia, Grecia, Rumanía y la República Checa han expresado su preocupación, acusando a España de imponer restricciones injustificadas a la libre circulación de mercancías. Esta situación ha llevado a estos países a enviar dictámenes razonados a la Comisión Europea, en los que argumentan que la normativa española infringe el artículo 34 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE).
Uno de los puntos más controvertidos de la regulación es el límite de 0,99 miligramos de nicotina por bolsa de productos como las bolsas de nicotina y los cigarrillos electrónicos. Suecia ha sido particularmente vocal, afirmando que esta medida equivale a una prohibición de facto que excluye del mercado a productos que son menos nocivos que el tabaco convencional. El país nórdico argumenta que el snus, un producto sin combustión, ha contribuido a reducir las tasas de tabaquismo en su territorio, y critica que España no haya considerado alternativas menos restrictivas, como el etiquetado o la limitación de edad para la venta.
Italia también ha manifestado su desacuerdo, señalando que la ley española podría obstaculizar la libre circulación de mercancías en el mercado único europeo. Según el dictamen italiano, las restricciones impuestas son incoherentes con los principios fundamentales de la UE y podrían crear obstáculos al comercio intracomunitario. Grecia ha añadido que las limitaciones al etiquetado y el límite de nicotina propuesto son desproporcionados y no están respaldados por razones de interés público.
Rumanía ha cuestionado la falta de evidencia que justifique las restricciones impuestas por España, sugiriendo que el país debería considerar medidas más proporcionales, como la prohibición de venta a menores, que ya se aplica en su territorio. La República Checa ha advertido que la regulación española podría crear obstáculos injustificados a la libre circulación de mercancías, subrayando que los sobres de nicotina no contienen tabaco y están destinados a ser una alternativa más segura para los fumadores.
La Comisión Europea también ha intervenido en este debate, enviando un dictamen razonado a España. En su informe, la Comisión ha señalado que las definiciones de «cigarrillo electrónico desechable» y «producto relacionado» son más amplias que las establecidas en la normativa europea, lo que podría generar confusión sobre el ámbito de aplicación de los requisitos pertinentes. Además, ha instado a España a corregir la definición de nicotina para evitar malentendidos sobre su clasificación como alcaloide.
La situación ha puesto de relieve las tensiones existentes entre los Estados miembros de la UE en torno a la regulación de productos de tabaco y sus derivados. A medida que la preocupación por la salud pública continúa creciendo, también lo hace la necesidad de encontrar un equilibrio entre la protección de la salud y la garantía de la libre circulación de mercancías dentro del mercado único europeo. Las discusiones sobre este tema son un recordatorio de la complejidad de la legislación europea y de cómo las decisiones de un país pueden tener repercusiones en toda la comunidad.
En este contexto, Dácil Barreto, CEO de Dos Santos, ha comentado que la sobrerregulación en este ámbito podría limitar el acceso a productos de tabaco que son menos dañinos. Su declaración resuena con las preocupaciones expresadas por otros países, que ven en la regulación española una amenaza a la innovación y a la disponibilidad de alternativas más seguras para los consumidores.
La respuesta de España a estas críticas será crucial en las próximas semanas. El país deberá justificar su enfoque y demostrar que las medidas propuestas son necesarias y proporcionadas, en línea con las normativas europeas. La presión internacional podría llevar a España a reconsiderar algunos aspectos de su propuesta, buscando un equilibrio que satisfaga tanto las preocupaciones de salud pública como los principios de libre comercio que rigen la UE. A medida que la situación evoluciona, será interesante observar cómo se desarrollan las negociaciones y si se alcanzará un consenso que beneficie a todos los involucrados.